El sábado por la tarde, baraderohoy.com.ar decidió realizar una recorrida por distintos barrios de nuestra ciudad para saber en qué condiciones se hallan las calles de tierra ya que habíamos escuchado, durante el transcurso de la semana, que algunos vecinos se quejaban de la ausencia del regador municipal en las zonas que se lo anhela.

La recorrida que emprendimos fue amplia ya que transitamos los barrios “Raúl Borrás”, (Fo.Na.Vi.), el barrio Tusio y el ubicado en Rafael Obligado y Teófilo Rosell. También recorrimos calles del “Barrancas del Baradero” (Toyota), intentando recoger impresiones de distintos sitios para que no se nos atribuya falta de amplitud en el muestreo por lo que consideramos que lo visto y oído son suficientes para sacar conclusiones y emitir una opinión al respecto.

En las calles de los tres barrios que recorrimos el común denominador es la escasez de agua y la abundancia de tierra. Hay zonas, como la de la calle Rafael Obligado, que corre paralela a las vías del Ferrocarril a partir de Saavedra y hacia Teófilo Rosell, en que la tierra suelta forma el clásico “colchón”, lo que resulta peligroso para el tránsito de motos y bicicletas que, al encontrarse con esa tierra suelta y acumulada en cantidad, suelen perder estabilidad y hacer que sus conductores terminen por el suelo comprobando que el “colchón” no resulta tan mullido como aparenta.

Ante esa situación los vecinos recurren al riego de emergencia, algunos lo hacen balde mediante, juntando el agua de las zanjas de desagüe y volcándola sobre la tierra, pero la mayoría acude al auxilio de la manguera dilapidando así litros de agua potable que podrían ahorrarse si el regador asistiera con la frecuencia necesaria.

Párrafo aparte merece el estado de las calles en el barrio Borrás: allí, no solamente no pasa el regador sino tampoco una máquina vial que aunque más no fuera atenúe las disparidades del terreno. Cada vehículo que por allí circula se ve sometido a un intenso traqueteo que, de tener que soportarse con frecuencia termina por desarmar al más fuerte de los rodados y esto, que nosotros sufrimos una vez, los vecinos deben soportarlo todos los días y cada vez que salen y regresan a sus casas.

Hubo también una queja en el “Barrancas del Baradero” que se suma a las del riego. Los vecinos señalan que el regador municipal suele pasar por allí a la medianoche, cuando la utilidad de su servicio es prácticamente nula, agregan que carecen de la prestación de barrido de las calles y señalan, un tanto jocosamente, que la única vez que se barrió el cordón cuneta fue en vísperas de las elecciones de octubre último.

Resulta evidente que no son buenos momentos los que atraviesa la administración municipal ya que las calles de tierra de nuestra ciudad, además de presentar un mal estado de mantenimiento en su mayoría tampoco son asistidas por el regador en épocas en las cuales tal servicio resulta sumamente necesario. En el caso de las máquinas viales sabemos que el parque se halla deteriorado y que, producido ese deterioro, no resulta fácil recomponerlo en lapsos breves, pero un camión regador hasta puede improvisarse y los costos, creemos, no han de ser demasiado altos para hacerlo. Por otra parte, algo similar a lo que estamos describiendo sucedió el año pasado y por lo tanto hubo un largo plazo de por medio como para que pudieran adoptarse las medidas necesarias a fins que la situación no se presente ahora como inesperada.

La síntesis final nos la dio uno de los vecinos con los que nos entrevistamos al decirnos que, “al final, uno termina resignándose a convivir con la tierra que vuela todo el día”.