4 de febrero de 2012

Segunda causa de mortalidad en el mundo: Advierten sobre incremento de casos de cáncer

El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en todo el planeta y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que en caso de no mediar intervención alguna, 84 millones de personas morirán de cáncer durante la década que culminará en 2015.

Se admite que hoy el cáncer es la segunda causa de mortalidad  más común en el mundo, después de las enfermedades  cardiovasculares, y por delante de las que durante muchos años  fueron las segundas de la lista: las infecciosas.

La OMS resaltó que hasta hace poco, el cáncer era considerado  una enfermedad de los países occidentalizados e industrializados.  No obstante, en 2008 el 63 por ciento de todas las defunciones por  cáncer correspondió a países de ingresos bajos y medianos, cifra  que posiblemente vaya en aumento.

Por tal motivo, cada 4 de febrero la OMS apoya a la Unión  Internacional contra el Cáncer y promueve medios para aliviar la  carga mundial de la enfermedad, pues se cree que la prevención del  cáncer y el aumento de la calidad de vida de los enfermos son temas  confluyentes.

En su informe 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS)  consignó que anualmente se diagnostican en el mundo 12,7 millones  de casos nuevos de cáncer y que cada año fallecen más de 7,6  millones de personas a causa de ese mal.

Estimó además que entre 2000 y 2020 la incidencia mundial del  cáncer se multiplicará por dos y que, aproximadamente, en 2030 se  triplicará, lo cual supondrá una considerable carga adicional para  los sistemas de salud y los costos de la atención sanitaria.

Como indicador de la importancia asignada por la OMS al  cuadro imperante, tuvo lugar en Asturias (España) el 17 y 18 de  marzo de 2011 la “Primera Conferencia Internacional sobre  determinantes ambientales y laborales: intervenciones para la  prevención primaria”.

Dicho cónclave convocó tanto a representantes políticos y  gubernamentales, como a investigadores y profesionales  especialistas en salud, y a representantes de la sociedad civil,  tanto como ONGs, sindicatos, asociaciones de lucha contra el cáncer  y pacientes de diversos países.

En el encuentro, se remarcó que los cánceres que causan mayor  número anual de fallecimientos son los de pulmón, estómago, hígado,  colon y mamas, y que los tipos de cáncer mas frecuentes son  diferentes en el hombre y en la mujer.

La literatura oncológica señala que el término “cáncer” es  genérico y designa a un amplio grupo de enfermedades que pueden  afectar a cualquier parte del cuerpo; y también se las denomina  “tumores malignos” o “neoplasias”.

Una característica del cáncer es la multiplicación rápida de  células anormales que se extienden más allá de los límites normales  de los tejidos y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo,  propagándose a otros órganos, proceso conocido como “metástasis”,  que son la principal causa de muerte.

Se trata de una enfermedad multifactorial debido al efecto  combinado de inductores genéticos y ambientales que actúan de forma  simultánea y secuencial.

En el desarrollo del cáncer existen datos científicos  inequívocos que señalan la importancia del entorno, y se  identificaron en el medio ambiente muchos agentes cancerígenos de  impacto verificable.

Entre los inductores físicos se destacan las radiaciones  ionizantes y no ionizantes, como el gas radón (emitido por la  desintegración de isótopos de uranio) y los rayos ultravioletas.

Entre los químicos aparecen el humo del tabaco y otros  contaminantes del aire como el asbesto (amianto), contaminantes del  agua potable, y elementos de origen alimentario como las  aflatoxinas y el arsénico.

Los especialistas enfatizan que los efectos cancerígenos en  muchas personas son un resultado de la exposición reiterada y en  diferentes lugares a lo largo de la vida, al aire, agua, alimentos  y radiaciones, particularmente en el entorno laboral.

La mencionada Conferencia Internacional española tuvo lugar  en Avilés y Gijón, y emitió una “Declaración de Asturias: una  llamada a la acción”, documento que recibió escasa atención por  parte de la prensa ibérica e internacional.

Los expertos convocados enfatizaron que más del 30 por ciento  de las defunciones por cáncer son prevenibles, y que entre los  factores de riesgo se encuentran el consumo de tabaco, el exceso de  peso o la obesidad, el consumo insuficiente de frutas y hortalizas.

Asimismo, tienen importancia la inactividad física, la  ingesta desmedida de bebidas alcohólicas, la infección por el VHP  (virus del papiloma humano), la contaminación del aire de las  metrópolis, y el humo generado en las viviendas por la quema de  combustibles sólidos.

En consecuencia, la OMS y la Unión Internacional de  Investigaciones sobre el Cáncer, entidad especializada que depende  de ella, desarrollan un vasto plan de acción sobre enfermedades no  trasmisibles, con énfasis en la divulgación y la toma de  conciencia.

La Declaración de Asturias instó a los gobiernos a tomar  decisiones encaminadas a proteger a la población más vulnerable, y  por lo tanto fomentar la prevención primaria en todo el mundo,  estimulando a la vez investigaciones de los factores  medioambientales adicionales en la generación de cáncer.

Entre estos últimos, las radiaciones ionizantes y  electromagnéticas, sospechosas de inducir la leucemia infantil  (cáncer de la sangre), el cáncer de mamas y los tumores cerebrales.

La OMS sostiene que los esfuerzos incentivados de prevención  primaria, incluyendo la ejecución o el refuerzo de intervenciones  ambientales y laborales, ayudarían a reducir la incidencia de ese  mal, y las cargas clínicas, personales, económicas y sociales  resultantes de la enfermedad.