30 de octubre de 2014

¿Querés vivir livianamente y poder bajar de peso, o mínimamente mantenerlo?

La clave radica en poder generar rutinas de comportamiento, y entender estos principios básicos que te compartimos a continuación:

1. Permanecer muchas horas del día sin comer hará que tu cuerpo no consuma energía. Esto, lejos de ayudarte a bajar de peso, disminuirá tu metabolismo y generará hambre en vez de apetito. Debemos saber que el hambre es voraz y no discrimina – al decir de nuestros mayores “Para el hambre no hay pan duro” –, en cambio el apetito es deseo de comer selectivamente los alimentos que disponemos. Esta conducta puede llevarnos, entonces, incluso a subir de peso.

2. Comer frecuentemente, de 4 a 6 veces por día, evitará que tengas hambre. De esta manera comerás menos de lo que comerías si lo hicieras una o dos veces por día.

3. Mejor es demorar unos minutos más por la mañana y brindar al cuerpo la energía necesaria para el día con un buen desayuno. Hasta tu humor y rendimiento intelectual mejorará!

4. Si te cuesta bajar de peso, llevá un diario “real” de tu alimentación: encontrarás que muchas veces la mayoría de las calorías tienen que ver no tan solamente con la calidad, sino con la cantidad.

5. Comprendé que comer seguido es mejor que pasar largos períodos sin hacerlo, siempre y cuando consideres adecuadamente qué consumís en cada ingesta.

6. No te confíes en los alimentos “light”. Si los consumís de manera regular, ten cuidado de ser consciente de sus calorías ocultas, que van de la mano de la cantidad de alimento ingerido pues algunos creen que no es importante medir la cantidad, “total es light”.

7. La organización de los horarios también te ayudará a rendir más. Se ha demostrado que largas horas laborales o de stress, no conducen a mejores resultados. Aprovechá tus colaciones o comidas para dejar de lado el trabajo por un rato.

8. Disfrutá de los sabores y colores. No sigas siempre las mismas costumbres alimentarias, sino variá y equilibrá tus snacks. Algunas opciones para llevar a la oficina pueden ser: nueces, almendras, frutillas e incluso pickles. Estos últimos, por su intenso sabor, te darán una mayor sensación de saciedad.

9. Ingerí abundante agua durante el día. Muchas personas confunden la sensación de apetito con la sed. Cerciorate de que estés consumiendo suficiente líquido (en el verano de 3 a 4 litros/día de líquidos sin calorías como agua, té frío, limonada, bebidas light, etc.)

10. Tratá de disfrutar de un tiempo de amistad o recreación que no involucre alimentos. Hay muchas actividades que propenderán a la conversación y relajación que no dependen de la comida: caminatas, juegos de mesa, incluso la lectura.

Sólo una vez establecida la pauta horaria, recién podrás moderar adecuadamente las cantidades. No hablamos ya de “dieta” sino de “moderación”.

peso [BaraderoHoy]