El mejor tiempo de esta época nos anima a salir y empezar a trabajar la huerta. Mientras tanto vemos explotar aquellas variedades sembradas en invierno con una potencia sin igual. Desde Prohuerta se brindan algunas recomendaciones para tener en cuenta y comparten fotos de huerteros locales que son un testimonio de la real posibilidad de producir parte de nuestros propios alimentos.

“Y sí, ahora estamos en una etapa de transición”, cuenta Verónica Liljesthrom, una de las técnicas que el INTA a través del programa Prohuerta tiene en nuestra zona, acompañando iniciativas de huertas familiares en los barrios y experiencias colectivas de instituciones. Ella explica que mientras es momento de armar los almácigos para luego poder transplantar, quienes sembraron en invierno tienen las verduras de hoja en su máxima expresión y se convierten en verdaderos núcleos para promover la sana alimentación.

“La etapa de almácigos es muy importante y sensible, siendo definitoria para la huerta que vamos a tener”, explica María José Cés, otra técnica que trabaja en terreno especialmente en el partido de Baradero.  “Es la etapa en la que se diferencian las flores a nivel celular para muchas de las especies, y por tanto se compromete la producción futura de esa planta”, por ello recomienda concentrar las energías en desarrollar buenos plantines, de calidad, sin enfermedades ni que hayan sufrido stress.