En agosto de 2013, la Asamblea General de la ONU decidió proclamar el 6 de abril como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz.

¿Cuál puede ser hoy la función del deporte en la construcción de la paz y de unas sociedades inclusivas?

Este día internacional nos ofrece una ocasión para reivindicar los valores fundamentales del compartir, el respeto mutuo y la superación personal que constituyen la esencia el deporte.

El deporte nos une en torno a unos valores positivos y permite fortalecer la cultura del diálogo más allá de las fronteras: la historia del deporte demuestra su poder para derribar los prejuicios, adelantarse a los movimientos en pro de los derechos y la dignidad de las personas y amplificarlos, haciéndolos llegar a una audiencia mundial.

El deporte, un poderoso instrumento para alcanzar la inclusión social, la igualdad de género y el empoderamiento de los jóvenes, aporta beneficios que no se circunscriben ni mucho menos a los estadios.

En efecto, los valores que se adquieren en el deporte y a través de él —la deportividad, el espíritu de equipo— son muy valiosos para la sociedad en su conjunto.