En el Registro Civil del Baradero que tanto quiso, está anotada como Ángela Beatriz Raggio, pero en su casa fue criada como Blanca y asi, con ese nombre, quedará para siempre en el recuerdo de todos los que la conocieron.
La anécdota que ella misma narraba jocosamente, nos dice que la familia había convenido en que la niña recién nacida iba a llamarse Blanca, pero su padre, al que evidentemente no le gustaba el nombre elegido, la anotó como Ángela Beatriz, pero sin decirle a nadie que así había hecho.
Durante años la pequeña llamose Blanca o Blanquita hasta que, llegada la edad correspondiente, tuvo que ingresar a la escuela y allí, documento de identidad mediante, se supo la verdad, pero ¿qué iba a hacerse cuando siempre se la había llamado Blanca y nunca Ángela?, pues seguir llamándola como se acostumbraba. Fue así que la que era Ángela en los papeles fue Blanca en la práctica. No sería esa la primera particularidad llamativa en la vida de esta mujer que no paró, mientras pudo, de batallar por Baradero, su historia, su tradición y, en definitiva, su gente.
Blanca era de las personas a las que nada le parecía imposible, por más compleja que resultara una tarea, no dejaba de dar batalla y, aunque la perdiera, como lógicamente ocurre en la vida de todo luchador, eso no arredraba la templanza de su espíritu y de inmediato estaba dispuesta a acometer un nuevo proyecto.
Tal vez una de sus mayores satisfacciones haya sido saber que fue un hecho concreto la protección al cementerio indígena, cosa por la que tanto hizo desde el llano. Años antes, a sus instancias, logró que el Concejo Deliberante bautizara con el nombre de Jesús Callejas una de nuestras calles, dando como fundamento para ello una fantástica historia que involucra a Callejas en la defensa de nuestra población, espantando mediante una ingeniosa argucia, en épocas de las guerras por la independencia, a una flota realista que ancló en las costas de nuestro río con la finalidad de proveerse de algunas vituallas.
Educadora de innúmeras generaciones, fue gestora del monumento al indio en la rotonda, fundadora e impulsora de asociaciones diversas, periodista, escritora y, ante todo y más que nada, perdidamente enamorada de esta tierra gredosa en la que nació y vivió.
En la tarde del sábado último nos dejó para siempre pero, en este caso muy especialmente, vivirá en cada uno de los muchos legados que dejó para su Baradero. Nosotros, que la tuvimos como colaboradora en más de una oportunidad, la despedimos con la tristeza que implica toda muerte, pero con la seguridad que lo hacemos con alguien que no pasó en vano por la vida, ese instante de la historia, que ella supo aprovechar tan bien.
Fuente: El Diario de Baradero.
En Radio Baradero dialogaron con José Panzazo, director del Semanario La Autentica Opinión, quien trabajo mucho tiempo junto a Blanca y recordó varios momentos de su larga lucha por la cultura baraderense…
Audio Radial Fm Baradero 96.9 jose-panzero
Antes que nada les agradezco por el reconocimiento a Blanca… Una persona distinta de la mayoría ya que su animo de luchar y luchar nos demostró a todos que con lucha y sentimiento se puede llegar a conseguir lo que uno desea y cree justo. Una lastima que ella no pudo disfrutar de el cementerio indigena, pero creo que les dejo a todos los Baraderenses su legado, ya que no solo sus luchas se dieron en el reconocimiento a nuestros antepasados, si no también en otros ambitos. Muchas gracias
Maximiliano Asprella
Nieto de Ángela Beatriz Raggio
Una mujer única, luchadora incansable, sin duda se la va a extrañar mucho… que en paz descanses blanquita
Tuve el agrado de conocerla,yo vivo junto a mi familia en lo que era su casa aqui en la colonia,exactamente en la calle Jesùs Callejas 1138,a metros de la ruta 41.Mujer de gran personalidad y amante de la historia argentina y propiamente de Baradero,luchò por el cementerio indìgena y los derechos de ellos.Nuestra casa la hemos reciclado pero mantenemos la estructura de los techos de tejuelas y parte de las paredes de adobe..Mi sentido pèsame a su familia y los honores que se merece a esa historiadora aguerrida.