29 de julio de 2012

Donan latidos de corazón para una obra de arte en Tecnópolis .

Dos mil seiscientas personas accedieron ya en Tecnópolis a dejar grabados latidos de su corazón, como contribución a una obra conceptual que prepara el artista francés Christian Boltanski.

“Todos los días, durante todo el horario de la feria hay cola”, dijo Manuela Novara, asistente de una de las propuestas más originales de la exposición.

El lugar, de paredes blancas, luce como la sala de espera de una clínica y las asistentes visten guardapolvo blanco y deben aclarar una y otra vez que no son médicas. Desde esa sala se accede a dos “consultorios”, donde otra persona, con guardapolvo y estetoscopio, realiza la grabación, de unos 20 a 25 segundos de duración, durante los cuales el voluntario escucha sus latidos con auriculares, cada registro se guarda con nombre y apellido, y el donante se lleva una copia en un CD.

Para este proyecto, otras personas permitieron grabaciones similares en París, Estocolmo, Berlín, Londres y Milán.

Ese insólito material alimentará los “Achives du coeur” (Archivos del corazón), un reservorio mundial de latidos de personas de diferentes latitudes, edades, condiciones sociales y culturales.

Y si bien no se sabe cómo será la obra de Boltanski, sí que tiene su emplazamiento físico en la isla japonesa deshabitada de Teshima, a donde viajarán los “latidos” argentinos.

“Lo hacemos para ser parte de una obra de arte”, señalaban ayer varios “donantes” después de dejar su íntima huella sonora.