(Por Marta Gordillo) (Telam).- Hace 191 años moría Manuel Belgrano, uno de los grandes pensadores de la Revolución de Mayo, a quien siempre se lo recuerda como el creador de la bandera, pero se lo olvida como ideólogo del proceso independentista del Río de la Plata.
Con el firme propósito de llevar adelante su modelo de desarrollo para la región, que fue elaborando desde fines del siglo XVIII, Belgrano pasó de su profusa escritura a combatir con las armas contra España.
“A Belgrano siempre se lo olvida como pensador, no sólo lo olvidan los textos escolares sino también los estudiosos”, aseguró a Télam Alejandro Herrero, historiador e investigador del Conicet y docente universitario.
En este sentido, quien fue comandante del Ejército del Norte en la lucha contra los realistas, “tenía un proyecto para la región, era un reformador ilustrado fisiócrata, y sostenía que las riquezas estaban en el suelo pero había que saber cómo dominarlo”, enfatizó el historiador.
La no implementación del proyecto de Belgrano de reparto de las tierras, de una reforma agraria a partir de la expropiación de las tierras baldías, generó uno de los grandes problemas que van a atravesar al siglo XIX y quedarán como herencia: la expansión del latifundio.
“Belgrano piensa que el Estado tiene que intervenir para que le dé tierras al labrador, y esto lo está planteando durante la colonia, repartir tierras, dar semillas a los labradores, crear escuelas para que los labradores sepan leer y escribir, y a su vez el Estado tiene que hacer caminos para el transporte”, señaló Herrero.
En este sentido, afirmó que “Belgrano plantea un Estado intervencionista y al servicio de los más desposeídos”, y este proyecto de inclusión es el que lleva a la independencia.
No obstante, Herrero destacó que antes de la crisis independentista, Belgrano “venía desarrollando sus ideas en el siglo XVIII y pensaba que estas reformas podían hacerse dentro de la colonia”, pero la historia estaba marcado los límites de la política imperial, la que contrastaba con las expectativas de los revolucionarios de Mayo.
Las ideas de Belgrano quedaron plasmadas en sus escritos en el Consulado de Buenos Aires, donde se desempeñó como secretario, en sus artículos en el periódico “Correo de Comercio” y en sus Memorias de la época colonial, que marcaron el inicio de los estudios económicos en el Río de la Plata y significaron una ruptura con las viejas teorías económicas.
Belgrano escribió en La Gaceta en 1813 que “se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra, la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio de lo que les sobra”.
“El imperio de la propiedad es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario”, decía y enfatizaba que en esta división de clases “las unas se someten invariablemente a la mente de los otros”.
Belgrano se inscribe, con su pensamiento y acción militar, dentro de la línea revolucionario que reunió a Mariano Moreno, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo y San Martín, entre otros.
Primero con sus escritos, reveló ser uno de los intelectuales más lúcidos de su época, y luego con su acción en el campo de batalla, expresó su fuerte sentimiento revolucionario y anticolonial sostenido en una férrea incondicionalidad.
“Deje a mi cuidado el dejar libre de godos al país”, le escribió en una carta a Moreno en octubre de 1810.
Y de él había dicho San Martín: “Belgrano es el más metódico de los que conozco en nuestra América, lleno de integridad y talento natural; no tendrá los conocimientos de un Moreau o un Bonaparte en punto a milicia, pero créame usted que es lo mejor que tenemos en América del Sud”.