Los 10 mitos más populares del Botox

El culto a la belleza impuso en las últimas décadas un sinfín de tratamientos, terapias y cirugías que no siempre fueron acompañados de métodos o elementos saludables. El Botoxse convirtió en el “mejor amigo” de hombres y mujeres preocupados por eliminar arrugas pero sin intención de someterse a operaciones. En el marco de la presentación de Latisse, el nuevo lanzamiento de Laboratorios Allergan, la Dra. Rosi Flom (dermatóloga) enseñó los 10 mitos más populares del Botox, “uno de los productos que revolucionó la medicina de este siglo”.

Mito 1: “El Botox hace perder la expresión en los rostros”

Siempre y cuando sea aplicado por manos expertas, su efecto más valorado es la naturalidad. Se trata de una proteína que relaja temporalmente el músculo. Se utiliza para atenuar las arrugas de expresión.

Mito 2: “Una vez que se van los efectos, los rostros quedan peor que antes”

Botox además de reducir las arrugas, las previene. Al mantener los músculos relajados durante los 4 a 6 meses que dura su efecto, se evita la profundización de las arrugas existentes y la aparición de nuevas. La duración de su efecto depende de cada persona y se maneja según una relación de dosis-respuesta.

Mito 3: “El Botox deforma los labios”

El Botox no se aplica en los labios. Los labios contundentes, exagerados, deformes, son los que se rellenan con rellenos permanentes como la silicona o el metacrilato que migran con el tiempo y no acompañan el proceso de envejecimiento fisiológico. La aplicación de Botox se da, mayormente, en el tercio superior del rostro.

Mito 4: “Botox no se puede aplicar muchas veces porque es una toxina”

El Botox se utiliza en neurología, proctología, oftalmología y gastroenterología incluso en dosis mayores a las cosméticas en forma regular por lo que no hay riesgos en su uso estético ni en el uso repetido. El único recaudo es dejar pasar 3 meses entre aplicación y aplicación para no desarrollar anticuerpos.

Mito 5: “Existen cremas con Botox o efecto Botox”

Nunca una crema puede lograr los resultados que se logran con Botox ya que actúa a nivel del músculo mientras que las cremas actúan a nivel tópico.

Mito 6: “Es peligroso aplicarse Botox”

Los efectos adversos aparecen en menos del 1% de los casos, y en caso de darse son leves, localizados y temporales. Pueden ser enrojecimiento y/o dolor en la zona de aplicación, algún pequeño hematoma o dolor de cabeza causado por la tensión en el momento de la aplicación. La reversibilidad de los efectos echa por tierra la teoría de la peligrosidad.

Mito 7: “Botox es para mujeres mayores de 40 años”

Todo depende del gusto de cada paciente. Cada vez es más frecuente la aplicación con efecto preventivo. Se recomienda su uso a partir de los 30 años.

Mito 8: “Los rellenos inflan la cara”

La finalidad de los rellenos es reponer el volumen que se perdió con el paso del tiempo, no agregar volumen donde nunca lo hubo. Son reabsorbibles y acompañan el proceso de envejecimiento.

Mito 9: “Hay distintas calidades de Botox”

Botox es una marca. La droga es Toxina Botulínica Tipo A.

Mito 10: “La aplicación de Botox o rellenos duele”

Se aplica por medio de micro inyecciones y es indoloro. En caso de pacientes con un umbral de dolor bajo se pueden aplicar cremas anestésicas o hielo para reducir la molestia de la aplicación.

Flom aclaró también que existe una serie de efectos adversos luego de las aplicaciones. Entre ellos se destacan los hematomas en la zona del “pinchazo” y la posibilidad de padecer dolor de cabeza y fiebre. Por último, destacó entre las características esenciales del Botox que su efecto no es permanente, es reabsorbible y llega a su momento de máximo esplendor a los 15 días de la aplicación.

Antes y después de la aplicación.