¿Por qué cada vez más gente sufre de obesidad?

La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada por el Ministerio de Salud de la Nación dejó varias certezas y algunos interrogantes. Lo primero fue la confirmación de que el porcentaje promedio de exceso de peso en el país trepó del 14,6% en 2005 al 18% en 2009 y a poco más del 20% en 2012, dejando como resultado que cerca del 60% de los argentinos sufre sobrepeso. La pregunta que se hacen muchos frente a estos nuevos datos es ¿por qué?

Para muchos, este aumento se puede entender a partir de otro dato significativo, que es el que indica que en nuestro país la inactividad física trepó del 46,2% al 54,9%, mientras que descendió la ingesta diaria de frutas y verduras, que cayó entre uno y tres puntos porcentuales en un lustro.

“No somos excepción en una región en la que crece esta pandemia. Brasil, Paraguay, EE UU y Australia también lo sufren con un crecimiento asombroso”, destacó el médico nutricionista Máximo Ravenna, y recordó que “2,6 millones de personas mueren cada año como producto de estos trastornos en todo el planeta”.

Aquí, las provincias que tienen los índices más elevados son Santa Cruz y Tierra del Fuego, en donde hay una prevalencia de exceso de peso del 58,6% en su población, y el 21,2% padece obesidad.

“Cambiaron los esquemas físicos y sociales que hacen que en el mundo y en la Argentina esté creciendo la obesidad”, definió Ravenna, y agregó que “los índices que marcan un crecimiento en el sedentarismo se deben, entre otros conceptos, al aumento del parque automotor, a la aparición de nuevas tecnologías como internet y los videojuegos, lo que hace que se esté más tiempo sentado frente a la PC y a la televisión que haciendo actividades que incluyen movimiento y desgaste de calorías”.

En el país, la obesidad prevalece en mujeres adultas de mediana edad, entre los 50 y 64 años, y se reparte con altibajos en el resto de franjas etarias y entre los varones. Para el especialista, “las causas se corresponden con lo genético, el entorno, la vulnerabilidad emocional, la dificultad para superar depresiones y estrés, los recurrentes comportamientos adictivos, los alimentos adictivos y, por supuesto, la falta de actividad física.”

Lo que dice Ravenna entra en sintonía con lo que apunta la nutricionista local María Eugenia Tossi, para quien a la falta de actividad física se le debe agregar “la saturación de horarios que sufren muchas personas, lo cual termina generando que la alimentación no sea una prioridad y que uno encuentre en la comida chatarra el alimento de cada día. Nadie dice que no se puede comer hamburguesas, empanadas o papas fritas; el problema es cuando esa es la comida diaria o frecuente. Y si a eso se le suma la falta de actividad física, entonces nos encontramos con un cocktail explosivo”.

Los datos de la encuesta entran en coincidencia con el diagnóstico trazado a principios de año precisamente por el propio ministerio de Salud de la Nación, cuyas autoridades reconocieron que nuestro país padece una epidemia de inactividad física. Según datos de esa cartera, hace siete años el 45% de los adultos eran inactivos. Pero en 2009 pasó al 55% y, si tantos siguen sin moverse, los sedentarios ya serán el 65% de la población en el año 2016.

La inactividad, según los especialistas causa entre el 6% y el 10% de las cuatro enfermedades principales: enfermedades coronarias, diabetes tipo 2 y cáncer de mama y de colon.

“Hacer actividad física es clave para mantener una buena calidad de vida y sumar años -dice Tossi-. Y entender que la alimentación es el combustible primordial. Si a la maquinaria que es nuestro cuerpo no le damos algo saludable, en algún momento nos va a terminar pasando la factura”. 

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