Dialogamos con Omar Hein, reconocido psicólogo. Es Terapeuta Familiar, Lic. en Psicología y Sexólogo Clínico. Es director del Centro de Asistencia Integral, donde ha atendido junto con su equipo a centenares de personas, matrimonios y familias con diferentes problemáticas en salud mental y sexual.
Es autor del libro Sexo Sentido publicado por Editorial Vida. (EEUU)
Autor de Sexo Tóxico Editorial Planeta.
¿Cómo afecta toda esta situación a nuestra salud mental?
“Lo que sucedía al principio de la cuarentena es que la gente tenía una negación de lo que estaba sucediendo. Después empezaron a tomar un poco más de consciencia, sobre todos los jóvenes, porque no están exentos de un contagio o de alguna consecuencia severa.
La sociedad empezó a tomar un poco más de consciencia, eso se ve en el nivel de acatamiento que tiene la gente con la cuarentena.
Lo que ahora está empezando a haber es una especie de fastidio y de cansancio por la cuarentena. Están empezando a aparecer algunos de los síntomas.
Hay quiénes se ponen muy ansiosos, por ejemplo disparándoseles miedos. La gente tiene 2 miedos diferentes; el miedo a no sobrevivir y el miedo a la ruina económica.
Los que han tenido trastornos de ansiedad probablemente le aumente en este tiempo. Nosotros les decimos que los trastornos de ansiedad no son una enfermedad, son algo normal. Lo que sucede en este tiempo es que esta ansiedad normal se exacerba, por lo que aparece un trastorno de ansiedad generalizada. La gente se siente triste y cansada y no sabe bien por qué”.
¿Es normal sentirse angustiado de la nada?
“En este tiempo es común decir que estamos en guerra. Cuando estamos allí, el organismo funciona bajo estrés. A mis pacientes les funciona que no pueden dormir porque se ponen a pensar y se angustian.
Esos sentimientos no solo que son normales sino que son esperables y está bien que los tengamos. Son más saludables que el de la negación.
Yo al coronavirus lo defino como “el virus de la arrogancia”. Porque los arrogantes probablemente tengan más probabilidades de contraer el virus.
Uno tiene que identificar el sentimiento, sobre todo el negativo. Si en el día aparece ese mismo sentimiento varias veces, tengo que hacer algo diferente”.
Para finalizar, Omar decía: “Nuestras vidas cambiaron para siempre. No vamos a ser los mismos después de esta situación.
Lo que le pido a la gente es que reduzcan al máximo el ingreso a la información.
La cantidad de información que ingresa a nuestra mente, nos hiere. Hay que elegir una hora del día para informarnos de una fuente confiable y después distraernos.
No hay que hacernos los distraídos sobre lo que está pasando pero tampoco maxificarlo.
El problema no es la información, sino la emoción que produce esa información.
El coronavirus nos recuerda que somos vulnerables, y ese es el temor que tenemos”.