Aunque manejó la pelota casi todo el segundo tiempo, el equipo de Falcioni no fue capaz de generar peligro. Olimpo tuvo sus chances en la primera parte, pero el 0 a 0 pinta perfectamente lo que fue el partido.

Frío, muy frío fue el debut de Boca. Tan frío como el arranque. Mientras los jugadores visitantes ni se enteraron del comienzo del partido, Rolle casi la emboca a los 10 segundos (sí, segundos). Por suerte para Boca, Orión no durmió como sus compañeros y mandó el zurdazo al córner. Ese comienzo de Olimpo dejó a Boca desorientado por un rato. Un Olimpo que, vale aclararlo, tiene poco que ver con el que sorprendió en el torneo pasado. De Felippe tuvo que armar un equipo casi nuevo y dentro de todo presentó una formación digna.

Falcioni, en cambio, reforzó lo que ya tenía. Cambió al arquero (Orión por Lucchetti), trajo a Schiavi para darle seguridad a la defensa y hubo novedad en la dupla ofensiva: Viatri (por el retirado Palermo) y Cvitanich, una vieja obsesión del entrenador. Boca, sin embargo, no pareció ser un equipo fuerte ni reforzado. Sí fue un equipo obvio, excesivamente dependiente de Riquelme. Pero al no tener el 10 una buena tarde, no hubo quien tomara la batuta. A esta altura ya es preocupante lo de Erviti: no arranca. Estacionado en la izquierda, el ex Banfield se olvidó de jugar. Cualquiera que lo haya visto con su camiseta anterior diría que a Boca vino otro jugador. Igual que pasó en los partidos de la gira europea, terminó reemplazado.

Un tiro desde lejos de Clemente Rodríguez que se fue cerca y una chance de Cvitanich al borde del área chica que no se entendió como la tiró afuera confirman que las llegadas de Boca no tuvieron que ver con el juego. Pero peor fue lo del segundo tiempo: Olimpo se fue conformando con el punto y le dejó la pelota a Boca. Y Boca no supo qué hacer con ella. Semejante impotencia no podía terminar de otra manera: 0 a 0.

Fuente: diarioregistrado.com