10 de enero de 2012

Adicciones: El verano, un punto crítico en la relación entre jóvenes y alcohol

Especialistas dicen que la flexibilización de las responsabilidades favorece el crecimiento del consumo. Y los padres piden más controles.

“¿Sabés que pasa?: en las vacaciones, cuando aflojan las responsabilidades se toma más. Yo lo noto en algunos chicos que conozco, que por ahí durante el año toman los fines de semana, pero en vacaciones lo hacen todos los días. Porque a veces toman en el boliche, pero la mayoría de las veces lo hacen en casas donde no hay padres o se toman una cerveza en una plaza o en una esquina del barrio”, cuenta Josua (18) y su opinión es compartida por especialistas y padres que entienden que el receso de verano es un momento crítico en la relación de los jóvenes con el alcohol, piden más controles y ponen en la mira a la naturalización de las “previas” organizadas en las casas y al papel de los pequeños comercios que venden bebidas alcohólicas a menores o fuera del horario permitido, a la hora de señalar aspectos claves del problema.

Desde la Fundación Proyecto Padres, una entidad que hace nueve años nuclea a padres bonaerenses, su presidente, Adrián Dall’Asta, cree que “el consumo excesivo de alcohol por parte de los jóvenes en verano es un problema a resolver. El tema está instalado, hay más controles que antes, pero se necesita avanzar mucho más. Por ejemplo, lo que nosotros notamos es que se sigue poniendo el foco en los boliches, cuando el problema principal está en los kioscos y supermercados que siguen vendiendo alcohol a menores o fuera de los horarios permitidos a pesar de que la normativa vigente lo prohíbe. Creo que los controles sobre estos comercios deberían ser más rigurosos y exhaustivos”.

Oscar Molteni es director del platense Hospital Reencuentro y destaca que al entrar en receso, tanto chicos como grandes asumen una actitud más relajada. Esa actitud se extiende, en algunos casos, al tema del alcohol. Es un problema estacional que pone en evidencia la fuerte tolerancia social y familiar vigente en torno al consumo de bebidas alcohólicas, que naturaliza prácticas como las “previas”. Molteni dice que estos factores son claves para entender el consumo joven de alcohol, tanto como lo es el concepto de “uso farmacológico” de las sustancias adictivas, que es el que se produce cuando no se consumen por el placer de hacerlo, sino para obtener otro fin: desde deshinibirse a “tapar” una sensación de vacío.

En esa institución se registró en los últimos dos años un sensible incremento de la cantidad de asistidos. Así, mientras antes de ese momento se recibían alrededor de 30 ingresos semanales, actualmente son 40 jóvenes por semana los que ingresan para tratarse de sus adicciones, en las que mayoritariamente está presente el alcohol. Para Molteni, eso no necesariamente implica un incremento del consumo de alcohol y otras sustancias, sino también un mayor conocimiento de los daños que producen y de las terapias y lugares de asistencia.

EN NUMEROS

Con todo, el alcohol sigue siendo la sustancia que motiva el mayor número de consultas por adicciones Provincia, el primer motivo de llamados a los teléfonos de Fonodroga y la principal puerta de entrada a otras adicciones, mientras la edad de inicio en su consumo, hoy en la Región, es de 13 años.

Según los datos manejados por la Subsecretaría de Prevención de las Adicciones, el 80% de los tratamientos que se inician en el área se vinculan a tres sustancias: el alcohol, la marihuana y la cocaína. De ese porcentaje, el 29,4% corresponden a consultas por adicción al alcohol.

De las 8.000 personas que se comunicaron en el transcurso del año 2011 con el teléfono gratuito de Fonodroga, el alcohol fue, en el mayor número de casos, la sustancia principalmente consumida por quien consultaba.

Los profesionales que allí trabajan destacan que el alcohol es a su vez la sustancia con menos percepción de riesgo. Todo esto cuando, los riesgos asociados a su uso excesivo representan una de las preocupaciones más importantes de los especialistas.

En este sentido, esta semana el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, reveló que el 50% de los accidentes viales con víctimas fatales se relacionan con consumo de alcohol o no uso del cinturón de seguridad. Desde la Asociación Argentina de Salud Mental -donde advirtieron durante 2011 sobre la relación entre vacaciones y riesgo de inicio en el alcohol- destacan que el consumo de alcohol entre los jóvenes se asocia a otros riesgos, tales como la violencia, el suicidio o el sexo sin protección”.

Una encuesta realizada a 82.489 estudiantes de enseñanza media de entre 13 y 17 años en todo el país puso de relieve que casi la mitad de los consultados (el 46%) reconoció haber tomado bebidas alcohólicas en el lapso de un mes antes de la consulta. Del sondeo surge también que la bebida más consumida es la cerveza (77,3%) y que no se registran diferencias en el nivel de consumo entre hombres y mujeres.

Los estudiantes reconocieron consumir bebidas alcohólicas sobre todo el fin de semana. Un 5,1% de los que reconocieron tomar cerveza y el 6,8% de los que toman vino dijeron hacerlo diariamente.

Para especialistas como Molteni, detrás del consumo de alcohol a edad tempranas, late un problema cultural. “Y lograr cambios culturales lleva su tiempo”.

En este sentido, Molteni destaca el trabajo hecho desde la Provincia el año pasado en esquinas de La Plata para acortar la duración de “la previa” en las casas, programando actividades experiencias inclusivas de participación colectiva para los adolescentes pocas horas antes del horario de ingreso al boliche.

En lo que va del verano, el gobierno bonaerense clausuró nueve bares y boliches en la Costa por incumplir la ley de nocturnidad en el marco de un operativo en el que se realizaron controles de alcoholemia a 185 conductores, se detectaron 30 casos positivos y los que se les detectó un alto nivel de alcohol en sangre se les retiró la licencia de conducir. En todo el 2011, según los datos oficiales, fueron 3.707 las inspecciones realizadas en el marco de las restricciones impuestas a la venta de alcohol por la normativa vigente. Esas inspecciones derivaron en 589 clausuras. La mayor cantidad de sanciones recayó sobre bares, almacenes y boliches bailables.

El mayor número de sanciones correspondió a comercios que no contaban con licencias para vender bebidas alcohólicas (42,26%) y la segunda causa fue la venta de bebidas fuera del horario permitido (15,28%).

Para Dall’Asta, con todo, “en el problema del alcohol estamos muy lejos de donde debemos estar. Hoy hay más controles que antes, pero no alcanzan. Y también falta un mayor compromiso de los padres”.