28 de diciembre de 2012

Licencias de conducir: Recomiendan más controles para los mayores al volante.

Aunque estricto al evaluar la pérdida de agudeza visual y auditiva de los conductores, el sistema de otorgamiento de licencias no contempla la detección de otras alteraciones igualmente riesgosas como el Alzheimer y el Parkinson, dos enfermedades asociadas a la edad que afectan tanto el comportamiento como la forma de reaccionar cuando se está frente al volante. Así lo señalan especialistas en trastornos neurológicos, quienes sostienen que incluir su detección en el examen habilitante reduciría el número de accidentes en que aparecen involucradas personas mayores.

A lo largo de los últimos años, la cantidad de adultos mayores que continúan manejando es cada vez mayor. En nuestra provincia, cerca del 20% de quienes tienen más de 70 años mantiene vigente su carnet. El fenómeno también se advierte en las estadísticas de siniestros viales, donde -según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial-, los conductores mayores de 65 años ya aparecen involucrados en al menos un 10% de los accidentes.

Del análisis de las estadísticas viales surge otro dato revelador: mientras que entre los conductores jóvenes los accidentes están relacionados generalmente con la inexperiencia o las conductas de riesgo, entre los conductores mayores aparecen con frecuencia los problemas de percepción, la lentitud de respuesta y las fallas atencionales como factores determinantes.

No obstante ello, “la revisión médica prevista en el trámite para renovar el carnet de conducir -que las personas mayores de 65 deben realizar hoy cada dos años; y las mayores de 70, en forma anual- no tiene en cuenta patologías que derivan en la reducción de la atención, problemas de memoria y ubicación en tiempo y espacio”.

De ahí que desde la Fundación de Neurociencias (Fundanec) consideran una “necesidad urgente” incluir en los trámites habilitantes la realización de estudios médicos que detecten también este tipo de alteraciones. “Enfermedades como Alzheimer o Parkinson -pero también la epilepsia, la diabetes y la artritis- tienen manifestaciones que resultan peligrosas cuando se está al mando de un vehículo”, advierten.

Y es que “aun cuando la mayoría de la gente lo perciba como algo sencillo, conducir un vehículo es una tarea mental sumamente compleja. Al manejar se activan numerosas áreas cerebrales para poner en funcionamiento la atención, la memoria de trabajo y la velocidad en el procesamiento de información, entre otros aspectos. De ahí que cualquier deterioro de algunas de estas funciones, aunque sea mínimo, puede poner en riesgo la acción del conductor”, explica el doctor Diego Sarasola, presidente de Fundanec.

“Una detección temprana de síntomas que a veces pasan inadvertidos en un control general ayudaría a proteger a personas que desconocen padecer algún tipo de enfermedad neurológica o de disminución en sus habilidades. Pero además de actuar preventivamente sobre esos pacientes, también permitiría proteger al resto de la población” asegura Sarasola.

Polémica

Un proyecto de ordenanza que exigía que los mayores de 70 años colocaran en sus vehículos un cartel con la leyenda “Adulto mayor al volante” provocó en 2009 una fuerte polémica en La Plata luego de que organizaciones de la tercera edad rechazaran la iniciativa por discriminatoria y arbitraria.