14 de diciembre de 2016

Una maestra argentina, entre los 50 mejores docentes del mundo.

La maestra argentina seleccionada para The Global Teacher Prize 2016  es directora de una secundaria pública que apuesta a la inclusión, donde recibe a chicos de Fuerte Apache y jóvenes con discapacidades.

Silvana Corso es directora de la Escuela de Educación Media Nº2 “Rumania”, un establecimiento educativo secundario ubicado en el barrio porteño de Villa Real, a metros de Fuerte Apache. Todos los días recibe alrededor de 500 alumnos que viven dentro de un contexto de vulnerabilidad. Y más aún: también les abre las puertas a chicos que cargan problemas con importantes discapacidades como parálisis cerebral, hidrocefalia, espina bífida y esquizofrenia.

El trabajo de Corso enfocado en la educación inclusiva la llevó a quedar nominada para el Global Teacher Prize, un prestigioso galardón conocido como el “Nobel de la Educación”, que reconoce a los mejores docentes del mundo. Compite junto a 49 colegas de 37 países del mundo. El ganador se llevará un millón de dólares.

Ella maneja esto construyendo una cultura inclusiva y asegurando que los maestros estén a bordo”, explican desde la Fundación Varkey, la institución detrás del premio. “Algunos de sus alumnos con discapacidades han estudiado derecho desde entonces, otros con trastornos del desarrollo fueron ayudados en el trabajo”.

“En la escuela, además de lo académico, a los chicos les enseñamos que todos somos iguales. El chico que viene del Fuerte es tan valorado que se siente único”, menciona Corso.

En el proyecto pedagógico, el primer año es el año clave. Lo explica Corso: “Ahí todavía se dan las burlas y la discriminación entre ellos. Una vez que maman los valores de la escuela, con tutorías muy personalizadas, los chicos aprenden a cuidarse mutuamente. Los chicos que llegan de Fuerte Apache, cuando ven a sus compañeros en sillas de rueda que la siguen peleando, aprenden a relativizar sus propias situaciones. Todos aprendemos que todos tienen algo que aportar y eso enriquece la vida de todos. Trabajamos sobre el valor agregado de cada uno y no sobre el disvalor”.

La escuela “Rumania” fue fundada en 1990, con el objetivo de que se incluya a los jóvenes de la zona en situación de emergencia social. Fue ella la que decidió abrirle las puertas a estudiantes con discapacidades, a raíz de una experiencia personal. Su hija Catalina nació con parálisis cerebral y murió en 2009, a los 9 años.

“Me propuse ampliar el concepto de vulnerabilidad y de inclusión. Ahora podemos adaptarlo a todos”, afirmó la docente.

También fue marcada por su propia educación. Cuando Corso iba a la primaria tenía problemas de aprendizaje y sus maestras recomendaban que se dedicara a aprender corte y confección o cocina en lugar de seguir estudios secundarios. A eso se le sumaba que su padre había terminado solo la primaria y su madre no sabía leer ni escribir. A pesar de ello, la hoy docente decidió seguir sus estudios y terminar la escuela secundaria.

Hoy Corso tiene una diplomatura por FLACSO, otra por la Universidad Central de Chile y el Centro de Altos Estudios Universitarios de OEI y una especialización por la Universidad de Salamanca, siempre en el área de inclusión y discapacidades.

“El trabajo de Silvana atrajo el reconocimiento de la prensa y los premios para la promoción de la lectura. Varias de sus obras han sido publicadas en revistas educativas y ha contribuido a talleres de educadores desde su enfoque”, explican desde el Global Teacher Prize.

Si gana el premio, afirma le gustaría abrir otra escuela basada en los mismos principios, estabilizar el financiamiento para sus proyectos actuales, abrir una guardería en la escuela y financiar su viaje para ofrecer capacitación a maestros de otras regiones.

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