Abel Rithner (Piloto): “El automovilismo es así, las cosas pasan rápido y hay que disfrutarlo en el momento”.

El Circuito Barrancas del Baradero es una caldera. Es un domingo soleado y ya se larga la carrera. Amontado entre la gente, en los hombros de mi viejo, me preparo para ver los autos aparecer a tomar la primera curva. Se escucha un ruido ensordecedor, como de mil motosierras. Ya vienen. Y la gente comienza a gritar. Y prendido adelante aparece el 113 naranja. Grita mi viejo y grita la gente. Y grito yo también sin saber. ¡Vamos Abel, vamos Abel!…

Ese Circuito que me parecía inmenso hoy está desierto. Y lleno de recuerdos. Y yo estoy en una radio, la pionera, la LS2. Y tengo del otro lado de la línea, vía telefónica, al conductor del 113. Se llama Abel Rithner y tiene ganas de contar su historia.

“Es una historia larga, yo empecé desde los 16 años, preparando motos. Quería que anden más ligero. Empezamos ahí y seguimos con el auto de Bacchella, que corría en el TC mejorado del Oeste. Hacer ese auto fue una locura por el costo. Tenía la preparación de un TC de la época y era muy caro. Con Angel (Bacchella) empezamos con un 128. Salió subcampeón, en el 74 salió campeón”…

“Ya en el 75 o 76 empezamos a hacer un auto juntando cosas, repuestos, la parte mecánica para poder armarlo. Era un auto hecho de uno viejo que yo había comprado y quedo la carrocería de un auto que hacían en Córdoba, parecido al Graciela, que había en esa época. Con ese auto, el reglamento permitía la estructura desde el parabrisas hasta la puerta, así que usamos eso y la parte de atrás la inventé yo con ayuda de otra gente. Ese fue el histórico 113”.

“Recuerdo que hicimos una cena en Atlético y metimos 750 personas. Esa noche, en el club, lo pusimos en marcha por primera vez”.

“Debutando en Baradero hicimos el mejor tiempo entre 66 autos. La final largamos primero y el otro corredor me cortó camino en la primer curva, me toca y me rompe una cubierta. Y me quedé sin carrera, ese fue el debut. El auto era muy vistoso y lindo y por eso pegó. El color naranja era porque justo salió esa pintura, no había muchos colores en esa época y ahí quedó. El número fue responsable Ricardo Vienny. Cuando fuimos a correr nos tocaba el numero 113 y como los otros corredores no lo querían Ricardo insistió en que lo aceptemos. Salimos campeones de la clase B y ahí mismo a los 6 meses pasamos a la categoría A. Se corría en Baradero, Luján, Pilar, San Andrés de Giles, en Merlo pero yo no fui nunca… San Pedro se corrió una vez, ahí corrió Luis Di Palma”.

¿Qué se siente arriba del auto?

“Yo no tenía mucho tiempo para pensar. Cuando llegás ahí si tenés miedo no te subís. Por suerte nunca tuvimos un accidente”.

“La primera carrera que ganamos para nosotros fue lo más importante, porque trabajamos muchísimo. El costo y el trabajo que lleva armar un auto poca gente lo sabe, solamente en el motor tenés un gasto que no se ve, y todo lo hicimos nosotros. No fuimos a comprar un motor a gente famosa, este era todo hecho acá, con cosas usadas y lo que se podía. Se hacía de todo para recaudar fondos. Postales, calcos, cenas y hasta se rifaron 3 lanchas para recaudar fondos con la peña del 113”.

¿La gente te recuerda?

“Pasaron tantos años que quedó muy poca gente para recordarlo, pero siempre pasan por mi casa y me gritan. Y es un reconocimiento muy agradable para uno. Cuando estás ahí disfrutás el momento. El automovilismo es así, las cosas pasan rápido y hay que disfrutarlo en el momento”.

“Agradezco a todos los que me ayudaron, un montón de gente que ayudaron con el auto. Había más de 25 personas a mi lado, mi familia y mi señora que me ayudó bancandome porque uno con esto volvía a cualquier hora”.

 

Escuchar el audio de la entrevista en el siguiente link

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