Soy una perrita mestiza, de tamaño chico. Fuí el resultado de una adopción irresponsable. Como mucho, vivo desde hace 270 días y ya tengo una fractura “vieja” en una de mis patas delanteras. Una fractura “vieja”?!?!?!?! Quiere decir que se me quebró la pata y ninguno de los integrantes de la casa donde yo estaba, se dió cuenta. Mi huesito se soldó como pudo, y a partir de ahí, mis patas delanteras siempre marcan las 12 y 10. Pero eso no fue lo peor que me pasó. Todavía falta algo más. Lo peor que le hice a la gente con la cual vivía, fue entrar en celo y que ellos vieran que me “agarró” un perro. Eso fue imperdonable!!! Mi dueña me subió con furia a la moto y literalmente me tiró en el Refugio Municipal. Yo no entendía nada. De repente, me rodearon 200 animales que no conocía. Sentí miedo, angustia, pánico, pero por sobre todo, un inmenso dolor en el alma, el dolor del abandono. Como había estado en celo, me cargaron a una camioneta roja, con otras perras, que luego supe, pasaron por lo mismo que yo. Nos castraron a todas. Según una señora que estaba ahí, nos explicó que es la única forma que no sigan naciendo cachorros para que terminen en hogares como los que tuvimos. Volvimos todas al refugio. A los pocos días, la señora que nos explicó lo que nos hicieron, me manda a buscar. Yo seguía sin entender nada. Terminé en un canil, con un par de perritas que no se cansaban de invitarme a jugar. Por la tarde, aparecen dos personas, buscando una cachorra de boxer y la señora me mostró a mi, que de boxer no tengo nada. No se que hablaron entre ellos. De repente estaba en sus brazos, yendo para su casa. Al llegar, el primer problema fue que me quise adueñar de todo, pero ya había dos gatos, entonces los eché directamente! Me hicieron entender que teníamos que convivir todos en paz. Amor y comida no me iba a falta, a pesar de tener hermanos. También me explicaron que, por sobre todo, yo ya tenía un lugar en el corazón de ellos. Hoy estoy disfrutando de una familia de verdad. Quisiera que mi historia sirva para que entiendan que no es necesario hacer nacer tantos cachorros, que luego no van a saber que hacer con ellos. Los que sufren hambre, sed, enfermedades y abandono somos nosotros, no ustedes que quisieron que su perra o gata tenga cría solo porque si. Yo tuve suerte, pero hay cientos, todavía esperando un hogar desde hace años. Adopten y castren, es gratis y cura el alma. Gracias!!!