Los fieles católicos de Baradero comenzaron a transitar la cuaresma que comenzó con el Miércoles de Ceniza celebración que se realizó en las parroquias de Santiago Apóstol y Nuestra Sra. de Luján, no es un rito mágico, no quita los pecados, para ello los católicos tienen el Sacramento de la Reconciliación. La ceniza es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión, se extiende hasta la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en el Domingo de Ramos, que a su vez marca el inicio de la Semana Santa. Desde hoy se vive un período en el que se pide reforzar la reflexión espiritual. La Cuaresma coincide con los cuarenta días que Jesucristo pasó en ayuno y en oración en el desierto. Cabe recordar que en la celebración religiosa se realizó la imposición de cenizas, cuyo significado para quien la recibe es que debe estar dispuesto a convertirse, es decir, a cambiar para bien de sus semejantes.

¿Qué es la Cuaresma?

Este es un periodo que marca la Iglesia Católica, con una duración de 40 días de preparación para la Pascua de Nuestro Señor Jesucristo.

Esta temporada se vive desde el siglo IV y se caracteriza por ser un tiempo de penitencia y de renovación para la Iglesia, se acostumbra practicar el ayuno y la abstinencia. Se debe de luchar por fomentar en sí mismo un espíritu de conversión interior en este tiempo.

Durante los 40 días, la Iglesia propone a sus fieles el ejemplo de Cristo en el desierto, se prepara para la celebración de la pascua, con la purificación del corazón, practicando una vida cristiana a la perfección y fomentando la penitencia.

La Penitencia son un conjunto de actos interiores y exteriores que se hacen para reparar los pecados cometidos. Se trata de volver los ojos a Dios y unirse más en esta temporada, lograr una conversión sincera.

Se sugiere vivir en esta cuaresma el ayuno, la oración y la limosna, pues éstas son manifestaciones que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás.

Aprovecha esta Cuaresma para de verdad renovar tu espíritu y acrecentar tu fe, que no pasen estos días de manera inadvertida, atrévete a vivirla, no te arrepentirás.

La ceniza no es un rito mágico, no quita los pecados, para ello los católicos tienen el Sacramento de la Reconciliación. La ceniza es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.

Miércoles de Ceniza inicia la Cuaresma

Hoy la grey católica vivirá el Miércoles de Ceniza, que supone ayuno y abstinencia, y en la celebración religiosa se realiza la imposición de cenizas a los fieles. De esta manera se estará iniciando la Cuaresma, los 40 días de preparación para la Pascua que culminará el Domingo de Ramos.

La recordación religiosa para los católicos, que dará inicio en la fecha al tiempo de la Cuaresma dispone a la comunidad para la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor en la próxima Pascua.

Para el administrador apostólico de la Diócesis de Jujuy Daniel Fernández el cometido es que a la Pascua lleguemos con un corazón más puro. “La Cuaresma es tiempo de conversión. Es decir, es un nuevo llamado y una nueva oportunidad que nos da el Señor de orientar decididamente nuestro corazón hacia El y así hacer carne en nuestra vida los valores del Reino. Se trata de crecer en el amor hacia El que es la fuente de todo amor. Crecer en su Amor que es el fundamento de nuestra vida. Nuestra existencia tiene sentido desde su Amor”, reflexionó en su mensaje el obispo.

Instó por ello a iniciar como Iglesia Diocesana este camino de conversión “ayudándonos unos a otros con el ejemplo y la oración para darle una respuesta más generosa al Señor y eso se refleje en un amor concreto y comprometido hacia nuestros hermanos, especialmente hacia los necesitados”.

La Cuaresma se extiende hasta la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en el Domingo de Ramos, que a su vez marca el inicio de la Semana Santa. Desde hoy se vive un período en el que se pide reforzar la reflexión espiritual. La Cuaresma coincide con los cuarenta días que Jesucristo pasó en ayuno y en oración en el desierto. Cabe recordar que en la celebración religiosa se realiza la imposición de cenizas, cuyo significado para quien la recibe es que debe estar dispuesto a convertirse, es decir, a cambiar para bien de sus semejantes.

“Arrepiéntete y cree en el Evangelio” y “Polvo eres y en polvo te convertirás” son las frases que los sacerdotes suelen utilizar al momento de imponer la ceniza en la frente de cada persona en la misa.

Es que las cenizas se obtienen de quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos del año anterior. Es por ello que para llevar a cabo este objetivo la Iglesia recomienda en la Cuaresma acercarnos más a las prácticas tradicionales para expresar nuestro deseo de conversión: la oración, el ayuno y la limosna.

Por ello también es una fecha de ayuno y abstinencia. En este sentido los fieles sueles apelar a los sacrificios que suponen dejar de comer carne roja y sólo consumen pescado, sin embargo lo verdaderamente importante sería el compromiso que se hace para cambiar.

La idea es que por más sacrificios que se hagan, si no se logra un verdadero cambio de pensamiento y actitud, no hay Cuaresma.

En tanto, en relación a la limosna, monseñor Fernández dijo que “se trata de un compromiso de compartir, haciendo lo que está a nuestro alcance para ayudar a nuestro hermano en su necesidad”. Consideró que la idea es compartir alegre, desinteresadamente con los desdichados. “Es dar, aún desde nuestra pobreza”, expresó asegurando que no se trata de tranquilizar nuestra conciencia frente a un pobre que nos pide algo.

Instó por ello a seguir las prácticas y proclamar el Evangelio. Se trata de intensificar estos valores cristianos que debemos vivir a lo largo de toda nuestra vida, “tratamos de procurarlos con mayor esmero, secundando a la gracia de Dios que nos anima y nos mueve a dar un paso decisivo en el camino de nuestra conversión permanente al Señor”, afirmó en su mensaje.

“Es un día muy importante donde la grey católica se prepara, y lo hace a través de la imposición de cenizas que simboliza todo lo que el hombre debe hacer, volver a Dios, recordar que es polvo y al polvo va a volver algunas vez, es decir recordar sus limitaciones frente a Dios y frente a eso reconocer al prójimo”, explicó el párroco de la Catedral Basílica René Ruíz.

Dijo que la conversión es interior y que el gesto de ponerse cenizas es un signo, que suma el arrepentimiento y volver a Dios.