Este primer tramo del aumento le representa al Servicio Penitenciario Federal un gasto adicional de $130 millones anuales que se los gira Economía. Lo injusto es que una parte de esos giros provienen de la Anses. Cabe recordar que la jubilación mínima es de $3.821,33. Un preso gana 46% más que un jubilado. El interno tendría, además, la ventaja de que ese salario lo disfrutaría íntegro porque creemos que la comida la aporta el SPF, igual que la luz, el gas y los servicios de salud y educación.