Cristina reunió a los sectores que la apoyan y llamó a la unidad nacional

El aniversario de la muerte de Evita fue la excusa para que la presidenta se mostrara junto a ministros, gobernadores, intendentes, movimientos sociales, Madres y Abuelas, y la CGT. “Eva es un ícono cultural de todos los argentinos”, dijo.

Arriba del escenario, todo el Gabinete, tres gobernadores, las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo y el líder de la CGT, Hugo Moyano. Abajo, las organizaciones sociales kirchneristas junto a algunos intendentes del Conurbano Bonaerense. Si Eva Perón, tal como lo dijo ayer la presidenta Cristina Fernández, es un ícono de la unidad, ayer reunió a todos los sectores del peronismo cercanos al gobierno. Anoche quedó mirando al sur una imagen gigante de Evita con rodete, sonriente y con un broche en flor, en una escultura de hierro instalada en una de las fachadas laterales del Ministerio de Desarrollo Social.

“Evita es para todos los argentinos. Es también para la Ciudad de Buenos Aires, la ciudad donde ingresaron miles de trabajadores el 17 de octubre y donde la despidieron millones de argentinos un 26 de julio, hace 59 años”, le recordó la presidenta a los porteños, muchos quizá hijos de aquellos trabajadores peronistas, a poco menos de una semana del ballottage entre Mauricio Macri y el candidato kirchnerista Daniel Filmus, quien se sentó junto a las Abuelas.

La tarde caía y columnas de militantes se acercaban desde distintos puntos de la ciudad y sus alrededores portando antorchas en sus manos. Mientras iban llegando el Movimiento Evita, el Frente Transversal, la Corriente Martín Fierro, Nuevo Encuentro, la Tupac Amaru y Kolina, los funcionarios se ubicaron en el escenario. Casi todo el Gabinete y el senador José Pampuro rodearon a la presidenta. La ministra Alicia Kirchner fue una de las más aplaudidas al llegar. Las palabras de Evita flotaban en el aire, en plena Avenida 9 de Julio, gracias a los parlantes que reproducían sus discursos.

Apenas finalizó un video que se transmitió a través de seis pantallas y que recordó la obra de la abanderada de los humildes, una voz masculina aprovechó el silencio para gritar “¡Viva Evita, carajo!”, para que la multitud espontánea le respondiera con un enérgico “¡Viva!” Después, a las 20:25, hora en que falleció Evita, se la recordó con un minuto de aplausos.

La presidenta aprovechó la oportunidad para llamar a la unidad y señaló que Evita “no es sólo una representación política, sino un ícono cultural e histórico de todos los argentinos”, y pidió que su recuerdo “sea símbolo de unidad, de superar viejas antinomias, para lograr los grandes objetivos”. “Fue la Evita hada, dadora de dones y generosa, y también la Evita profunda, política, combativa, que se envolvía en la bandera y ofrecía su vida, consumiéndose”, relató la presidenta. “Ella, la más odiada, pero la más amada; la más agraviada, pero la más venerada. Hoy eternamente victoriosa, mirando a la historia con el amor de su pueblo y el reconocimiento, me atrevería a decir, de todos los argentinos”, agregó.

La presidenta confesó que se le ocurrió la idea de instalar una imagen gigante de Evita en el edificio que fuera “su lugar” –ya que la esposa de Juan Perón desarrollaba desde allí su tarea, que trascendió a la de una primera dama–, a partir de su visita a Cuba en 2009, donde vio la imagen de Ernesto “Che” Guevara que se exhibe en la Plaza de la Revolución.
“Queríamos hacer este homenaje en este lugar donde hace 60 años se realizó un Cabildo Abierto donde le ofrecieron, más de 2 millones de trabajadores, la vicepresidencia”, destacó Cristina, rodeada de Moyano, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, su par de Entre Ríos Sergio Urribarri y el de San Juan, José Luis Gioja.
Cristina remarcó que “esa mujer, desde el fondo de la historia nos enseña que nada se obtiene sin sacrificio”. “Enfrentarse a los poderosos tiene un precio, defender a los humildes cuesta caro, y ella pagó con su vida gustosa el precio de ser recordada para siempre”, afirmó.

“Hoy queremos rendirle homenaje en nombre de todas las mujeres, de los jóvenes que levantan su nombre, de los millones de trabajadores que han recuperado sus puestos de trabajo, de los intelectuales, de los científicos que confían en que una patria mejor merece y puede ser construida”, remarcó la presidenta.
Allí quedó entonces la obra realizada en hierro por el artista plástico Daniel Santoro, y cuyo escultor fue Alejandro Marmo (ver aparte). “La quise mirando al sur, hacia las fábricas desde donde miles de trabajadores cruzaron el 17 de octubre”, señaló Cristina.

Mientras se desconcentraban los militantes, los cantitos se mezclaban. Unos entonaban la Marcha Peronista, otros cantaban “yo soy argentino, soy soldado del pingüino”.

Fuente: Tiempo Argentino.

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