Desde hace 27 días se desconoce el paradero de Luis Alberto Belo, un hombre de 53 años, oriundo de la ciudad de San Pedro y que vivía en la zona de islas a la altura de nuestra ciudad. El puestero habitaba el sector denominado Arroyo Pinto, propiedad de la familia Passaglia, y de un día para el otro desapareció y nunca más se supo de él.
No han surgido mayores indicios pero evidentemente los veinte testimonios que se tomaron en torno a la causa sirvieron de algo. Actualmente, quienes investigan el caso cuentan con cuatro hipótesis, tres de tipo delictiva y una no (tendría que ver con que Belo habría confiado a allegados que debería viajar), además no se descarta que exista una quinta sospecha que de tomar fuerza será evaluada por la Justicia.
El lunes, una comisión encabezada por el Fiscal Marcelo Manso, y que contó con la participación de personal de la DDI San Pedro – Baradero, Prefectura Naval y Policía Científica, efectuó un segundo operativo rastrillaje en la isla que habitaba Belo, pero mucho más profundo, ya que se la recorrió de a pie y en el río, tarea que efectuaron los buzos tácticos de la Prefectura local. A su vez, se ejecutaron tres órdenes de allanamientos, dos en la misma isla y una en la localidad de Baradero.
Las tareas efectuadas arrojaron resultados negativos, aunque lo más significativo sucedió cuando se requisó la casa que Belo habitaba y allí hallaron rastros de sangre, que, mediante los reactivos que llevó Policía Científica, pudo comprobarse que se trataba de sangre humana. Ahora quedan dos pasos, comprobar si pertenece al desparecido y luego tratar de establecer porqué estaba allí.
En un primer momento, la investigación sobre la búsqueda del hombre estuvo a cargo del Destacamento de Policía Los Laureles, pero desde la semana pasada la causa pasó a estar en manos de la DDI San Pedro – Baradero, a cargo del Comisario Carlos Cabrera, por decisión de la fiscalía del Dr. Marcelo Manso.
El cambio obedece a que en las últimas horas aparecieron algunos testimonios que si bien carecen de ciertas precisiones son para tener en cuenta. El dato fue aportado por un remisero de nuestra ciudad, quien aseguró haber visto a Luis Belo deambulando por la vía pública en inmediaciones del barrio Fonavi, aunque a la hora de ser interrogado por los investigadores dudó respecto a la fecha.
Es un caso muy particular y se asemeja a otros similares acontecidos en esta zona en los últimos años. De todos modos, las esperanzas de ubicarlo sano y salvo aún persisten.
Belo se dedicaba a cuidar la casa y no tenía bienes a su cargo, por lo cual se hace más sospechosa la situación. No hay precisiones sobre qué ropas llevaba puestas en el momento de su desaparición, sí se supo que es delgado, de tez trigueño, 1,70 metros de estatura, cabellos cortos y ojos marrones.
Fuente: Semanario La Opinion San Pedro