18 de enero de 2012

De a poquito: Efraín, Virginia Mamani y sus chicos tienen un techo

En un momento, el caso de Efraín y su familia conmovió a toda la comunidad. Les habían usurpado su casa y se encontraban literalmente en la calle y sin techo donde cobijarse. En su desesperación, ocupó un terreno en calle Teófilo Rosell 1976, hecho que despertó una polémica con las autoridades municipales que se mostraron renuentes a permitirles levantar su casita allí mediando hasta amenazas de desalojo que, por fortuna, no pasaron de allí. Prácticamente todos los medios de difusión locales se hicieron eco de lo que sucedía y se convocó a la comunidad a hacer un aporte solidario para permitirles a Efraín y Virginia ponerse ellos a resguardo y hacer otro tanto con sus pequeños hijos, Soledad, Isaac, Aylén y Ayelén.

El Diario se ocupó en dar a conocer la situación por la que atravesaba la familia Mamani y luego, en varias oportunidades de transmitir a sus lectores cómo evolucionaba el caso; en lo inmediato algunos vecinos les hicieron llegar unos paneles de madera mediante los cuales pudieron levantar algo que era más parecido a una casa que el primitivo refugio de tablas que pudieron armar en la emergencia.

Después, la vida siguió y no volvimos a saber nada más de ellos salvo alguna vez que nos encontrábamos por las calles y cambiábamos saludos.

El lunes último nos preguntamos qué habría sido del destino de Efraín y familia y decidimos entonces, para conocerlo, ir hasta el disputado terreno que ahora muestra tres construcciones aunque han variado sus funciones. El primitivo refugio de tablas ha sido transformado en galpón de depósito y adentro pueden verse cajones, juguetes, maderas y todas cosas que se suelen guardar en esos sitios. El terreno, otrora vacío, está ocupado hoy por una extensa huerta con cuyo producto se ayuda a la economía familiar.

La casita de madera, lo que hoy llamaríamos un monoambiente, sigue siendo la vivienda principal de la familia, pero a escasos metros de ella, ya hay una construcción de material. De ladrillos cerámicos son las paredes, el techo es de chapas con tirantes nuevos y hay una puerta metálica a manera de entrada. Esa será la base de la nueva casa que, aunque no está todavía en uso puesto que le falta el piso, se constituirá en soporte de otra habitación superpuesta con lo cual la familia tendrá una comodidad aceptable.

Nos causó alegría observar el progreso de Efraín y los suyos ya que da por tierra con los pronósticos agoreros de los que nunca faltan y aseguraban que se trataba de alguien que “no quería trabajar” y deseaba que le regalen todo. No fue así y lo celebramos.

Foto y Fuente: El Diario de Baradero

La casita inicial ahora es un galpón de depósito.

La actual pieza amplia, de paneles de madera.
La de material, próxima a ser ocupada por la familia.