El Baradero que no miramos: Otro punto para enfocar la atención

Las esquinas sin ochavas son hoy una curiosidad. ¿Por qué desaparecieron? ¿Desde cuándo se construye con ese raro plano que une los dos paramentos de las cuadras?

Pasamos por cualquier esquina de la ciudad y no nos llama la atención la forma, estamos acostumbrados a ver el paisaje de costumbre. Una pared construida en la línea municipal que da lugar a la vereda hasta el cordón y de allí la calzada o la calle. En las esquinas el cordón hace una curva pronunciada, un semicírculo para empalmar con la otra vereda. Pero la pared hace un ángulo obtuso, desarrolla un plano y se une a la otra pared que cortaría de manera perpendicular en caso de no estar ese plano que llamamos ochava.

Cuando uno llega a la esquina de la Biblioteca Municipal, se encuentra con dos cosas que le llaman inmediatamente la atención: una es la existencia de un buzón de correos que, con su rojo permanente y su forma de hongo elevado, atrae nuestra mirada. La otra, la misma esquina del edificio, que es de las pocas que define su estructura en ángulo recto. Una esquina sin ochava.

Fernanda Candal, la actual bibliotecaria, cuenta con entusiasmo la historia del solar donde fue construida y nos da el dato que nos mueve a escribir esta nota y, además, nos aporta el material de consulta.

Dejaremos el buzón, que tiene su propia historia.

Sólo diremos que fueron implementados por Gervasio Antonio de Posadas allá por 1858, quien colocó los primeros buzones en Buenos Aires, reglamentó el servicio de carteros y redujo las tasas postales, entre otras cosas como Dirección General de Correos, Postas y Caminos, que había sido fundada por Rivadavia treinta y dos años antes. Pero ahora veremos algo de las ochavas y dejaremos para más adelante la historia del edificio que parece nuevo pero no lo es.

Vamos a las ochavas.

En Baradero no quedan casi esquinas que tengan ángulos rectos. Como dijimos, la de Thames y Rodríguez es una de ellas, y Fernanda nos dijo que en total se contabilizan siete en la ciudad y éstas han sobrevivido a una reglamentación que no es nada nueva.

Lo primero fue saber con precisión qué es una ochava. Esta palabra cuenta con diez definiciones en el diccionario, las que más se acercan a la que pretendemos es “edificio o lugar que tiene forma ochavada” pero, como verán, no nos dice demasiado. Otra de las acepciones es: “parte de la acera correspondiente al chaflán”. Acá nos acercamos, al menos, por la palabra acera que nos da la idea de que “chaflán” tiene algo que ver con lo que buscamos.

¿Qué es un chaflán? “Plano largo y estrecho que, en lugar de esquina, une dos paramentos o superficies planas, que forman ángulo”. ¡Eso!, una ochava.

¿Siempre existieron las ochavas así como se las conoce? No, en la historia de la arquitectura se asegura que en 1821 Bernardino Rivadavia reglamenta el tejido urbano, y es allí donde se implementan las ochavas. Al parecer, la argumentación que se ofreció para aplicar esta norma de construcción edilicia fue la de evitar los encontronazos de las personas que, viniendo por calles transversales, se encontraban súbitamente en la esquina. Por supuesto, la reglamentación preveía otras cosas también importantes. Pero este dato nos hace ver la trascendencia del impacto del aumento de la población en un lugar. Si a personas de a pie le sucedían accidentes en las esquinas de ángulos rectos, pensemos lo problemático de la situación con la circulación de vehículos de alta velocidad.

En el primer tomo del libro “Historia del Partido de Baradero”, del historiador Alberto Micucci Tarsetti, en el capítulo XIII bajo el título “La traza del pueblo”, nos encontramos con la transcripción de lo que se podría denominar una resolución de los munícipes de la época, que ante la propuesta del Dr. Piñeiro expresaron:

“Baradero, octubre 23 de 1871

Al Municipal del ramo de Solares Don Mariano Basavilbaso

En conformidad a lo acordado en sesión de antes de ayer, prevengo a V. que todo edificio que se construya o reedifique en esquina debe llevar ésta ochavada. En consecuencia, en todo despacho de solar esquina, se servirá el Señor Municipal constatar esa condición.

El expresado acuerdo se hace saber también al público por medio de Edictos.

Dios guarde a V-. Muchos años. Fermín Rossel. José Antonio Menéndez Secretario”.

Como vemos, las cosas cambian y mucho. Hoy, las esquinas sin ochavas son una curiosidad, depende en el lugar que se encuentren son preservadas y muestran un signo de otros tiempos que se resiste en desaparecer del todo.

2 comentarios en “El Baradero que no miramos: Otro punto para enfocar la atención

  1. La palabra ochava proviene de “ochoava”.
    El prisma que representan los planos de los frentes, al haber ochava, pasa a tener ocho caras en vez de cuatro.

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