19 de noviembre de 2012

El show de los jacarandaes en la ciudad.

Puntuales como en cada temporada, a pesar de los vaivenes climáticos de una primavera que parece decidida a sobresaltar a los baraderenses, los jacarandaes comenzaron desde hace unos días su etapa de floración más intensa. Plaza principal y veredas de la ciudad se tiñen con tonalidades lilas y violáceas ofreciendo un espectáculo que enriquece el paisaje urbano y nunca pasa inadvertido.

Característicos del noroeste argentino, los jacarandás o tarcos abundan en las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy -particularmente en montes de zonas subtropicales y selva de yungas-, pero pueden adaptarse a regiones más secas y templadas. Es el caso local, donde centenares de ellos fueron implantados hace varias décadas; entre ellos, los de la Plaza Mitre y en muchas veredas donde los vecinos gustan disfrutar de ese panorama singular.

El Jacarandá mimosifolia puede desarrollar troncos que superan los 70 centímetros de diámetro, y erguirse hasta llegar a los treinta metros de altura; comparte con otras especies tropicales la curiosidad de perder las hojas al llegar la primavera, por lo que suele decirse que “cuando tiene hojas no tiene flores, y cuando tiene flores no tiene hojas”. Y no sólo florece en noviembre, sino en marzo, a comienzos del otoño.

PARA TODOS LOS GUSTOS

El abanico de especies que perfuman y embellecen la ciudad con sus flores es amplio y abarca todos los barrios. Lo conforman ceibos, palos borrachos, naranjos, acacias “casque rouge” o blancas, paraísos, magnolias, tilos, tipas, lapachos rosados, blancos o amarillos y crespones, entre otros. Entre las más vistosas, excluyendo los jacarandás, los lapachos -en su mayoría rosados- florecen entre agosto y septiembre; los baraderenses disfrutamos de la bajada de la Av. San Martín y también calle O´Roarke donde en pocos días las imponentes tipas abren sus flores amarillas en diciembre; y en febrero, para cerrar el verano, los palos borrachos del bulevar Tomás Edison entregan las suyas, rosadas o blancas.

COMBATE A LAS PLAGAS

Vulnerables como sus “primos” los lapachos al ataque de las cochinillas, que se pegan a las ramas y brotes jóvenes para succionar la savia y van generando en su derredor cápsulas aceitosas y blanquecinas, los jacarandás de la plaza principal de esta ciudad la más antigua de la provincia de Buenos Aires fueron sometidos hace un par de años a un tratamiento fitosanitario mediante una limpieza manual de las ramas afectadas, y hoy se los puede ver muy vigorosos. (Fuente: El Diario de Baradero)