Los jefes de Estado del Mercosur consideran que el respeto a los Derechos Humanos es una condición esencial para la integración.
En el contexto de la XLI Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno y Estados Asociados del bloque que tiene lugar en Luque, a 20 kilómetros de Asunción, la capital guaraní, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, recibió ayer la distinción de Ciudadana Ilustre del Mercosur, “en reconocimiento a su perseverante tarea en la promoción y el respeto irrestricto de los Derechos Humanos y por su permanente lucha por la memoria, la verdad y la justicia”.
Carlotto agradeció a los presidentes del Mercosur la distinción, señalando en la ocasión que “les dejo mi gran cariño, en nombre de todas las Abuelas, porque esto es para todas las compañeras que han estado, que ya no están, las Madres de Plaza de Mayo, los familiares y todos aquellos organismos que en Argentina nunca bajamos los brazos”, extendiendo la distinción recibida a todos los organismos de Derechos Humanos que actúan en la Argentina.
En el homenaje a Carlotto se consideró que “el respeto de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales” es una “condición esencial para la vigencia y evolución del proceso de integración”.
Carlotto es la segunda ciudadana en recibir el reconocimiento por parte del bloque, luego de que en 2008 lo recibiera el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
“Se me ocurre pensar que esta señora, una ciudadana común, como tantas mujeres de la Argentina y de Latinoamérica, que tuvo su profesión docente, cuatro hijos, un matrimonio feliz, que pensaba tener un destino a esta edad: con mis 80 años, estar disfrutando de la vida en familia, la dictadura le marcó otro destino”, dijo Carlotto. Y agregó que “desde entonces, sin dejar la familia, por supuesto, pero perdiendo una hija, y buscando un nieto hasta el día de hoy, me ha dado una dimensión inmensa de la otra parte de esa historia que yo conocía, que era tan pequeña, la dimensión del dolor humano y lo que es juntar las manos, constituir un grupo que más tarde se llamó Abuelas de la Plaza de Mayo para luchar juntas”.
“Esta nueva vida de dolor transformada en lucha, en paz con amor me hace decir algo que parece contradictorio: es decir, gracias a la vida porque he podido dar lo que no pensaba dar, estar en los lugares que jamás soñé. Es un sueño de un primer infierno donde ahora estamos pasando al cielo, a la felicidad de nuestros pueblos”, añadió.
El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, anfitrión de la cita, al leer la resolución adoptada por los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que forman el Consejo del Mercosur, subrayó que es imprescindible aprender de la historia, al referirse a la lucha permanente de las Abuelas de Plaza de Mayo. “No podemos construir el futuro sin mirar el pasado”, dijo el dignatario en el centro de Convenciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
De Carlotto, de 80 años de edad, agradeció el gesto y expresó que la dictadura le marcó “otro destino, con una hija perdida y un nieto al que busco hasta hoy”.
Recalcó que con su lucha conoció “la dimensión del dolor humano”. Añadió que “el dolor de un país debe ser el dolor del mundo, y el mundo debe hacer que esto no ocurra”.
La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo es una organización no gubernamental cuya finalidad es localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados desaparecidos por la represión política durante la dictadura.
Fuente: Tiempo Argentino