2 de mayo de 2016

INTA San Pedro: Y llegó el día para María Ofelia.

 Ingresó muy jovencita, a los 18 años, para ayudar en la tarea de cruzamientos que se hacía en mejoramiento de frutales. Llegó incluso antes que su padre. Fue una actividad que disfrutaba mucho, pero que también le exigía gran esfuerzo. Horas interminables y estrictas, casi sin tiempo para enfermarse, pero mucho aprendizaje… hasta que se hizo imprescindible.  En 1973 se casó y acompañó a su esposo a La Plata, debiendo abandonar la tarea en el INTA.  Fue sólo un impasse, porque finalmente regresaron al terruño y al saberla cerca, la volvieron a convocar.

María Ofelia volvió al INTA en 1977, y recién en 1987 ingresó a la planta permanente. Desde siempre su lugar estuvo al lado de Irma Mitidieri. Fue su ayudante incansable, casi hasta que  se jubiló. Y después de ello la cobijó el Laboratorio de Poscosecha, donde también supo hacerse indispensable.

Todos y cada día del año  se subió al micro de INTA y completó el ritual del trabajo abnegado que ha sido ejemplo para muchos. Muchos extrañaremos esas tímidas sonrisas esbozadas detrás de los ojos del color del cielo. Recordaremos esas pocas palabras,  tan justas que a veces nos dejaban recalculando. Podremos continuar encontrándola por las calles de San Pedro, como si tan larga historia vinculada a una institución, no hubiera pasado. María Ofelia ha hecho verdadero honor a lo que su nombre significa en griego :”he ofeleía”, el socorro, la ayuda-.

inta [BaraderoHoy]