La mano robótica del futuro

Para desarrollar una mano robótica fiable y hábil primero hay que comprender cómo se mueven las extremidades humanas para después reproducirlas y conseguir movimientos más naturales. El proyecto Handle desarrollado por diversas universidades europeas entre la que se encuentra la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) está desarrollando una mano artificial antropomórfica articulada superdesarrollada.

Perder una mano no es algo habitual pero tampoco es algo excesivamente fuera de lo común. Además de eventos inesperados como accidentes de tráfico, ciertas enfermedades desembocan en la amputación de extremidades lo que impide a muchas personas llevar una vida completamente normal. Por eso, el proyecto Handle está desarrollando una mano artificial lo más autónoma, natural y eficaz posible.

Para ello los investigadores han buscado comprender cómo realizan los humanos la manipulación de objetos para reproducir el agarre y las habilidades de esta extremidad. Como explica el investigador principal del equipo de la UC3M implicado en el proyecto, Mohamed Abderrahim, “además de los avances tecnológicos perseguidos, se trabaja con aspectos fundamentales de la investigación multidisciplinar, con el fin de dotar al sistema de mano robótica con capacidad de percepción avanzada, control de alto nivel de información y elementos de inteligencia que permitan el reconocimiento de objetos y el contexto de las acciones“.

Dificultades del proyecto

A la hora de desarrollar el proyecto han surgido varios problemas. En primer lugar el espacio limitado de la mano, pues en muy pocos centímetros cúbicos de volumen se deben integrar multitud de cables y mecanismos. “Una mano humana es increíblemente completa, por lo que siempre supone un reto tratar de poner todas las piezas necesarias en la mano robótica e integrar todos los actuadores que permitan una movilidad similar a la mano humana”.

Por otra parte, otro problema es el tamaño de los sensores. En la actualidad no existen sensores en el mercado que sean lo suficientemente sensibles y pequeños como para poder integrarlos y lograr el efecto deseado.

Por último, una mano perfectamente integrada y con la sensibilidad adecuada sería completamente inútil sin un “cerebro” que la controle y la mueva correctamente en función de los distintos tipos de objetos que se agarren y se manipulen. “No es lo mismo agarrar un destornillador para pasárselo a alguien que para almacenarlo o para usarlo” explica el profesor Abderrahim

El mismo peso, forma y tamaño

La mano no solo ha intentado reproducir las capacidades de la extremidad natural sino también su forma, tamaño y peso, aproximadamente unos 4 kilos. Para ello han utilizado principalmente aluminio, plásticos de alta precisión y sistemas de sensorización y actuación. La actual versión de la mano que se encuentra en el interior de la UC3M cuesta unos 115.000 euros.

Sin embargo, a pesar de su coste, todavía estamos lejos de conseguir desarrollar una dispositivo similar a una mano real. “Mi estimación personal es que se necesitarán unos 15 años investigando en estos temas para alcanzar una mano robótica capaz de realizar ciertas tareas complecas con un nivel del precisión, autonomía y destreza similares a la mano humana” explica Abderrahim.