La Iglesia denunció el sábado que el narcotráfico crece en el país al ritmo de “bandas mafiosas” que se adueñan de barrios enteros y advirtió que el delito, la corrupción, la impunidad y la tolerancia social favorecen que “el flagelo” del consumo de drogas.
En el “Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas”, instituido por las Naciones Unidas en 1987, criticó tanto la posible despenalización del consumo de estupefacientes para consumo personal como la “escasa” formulación de políticas públicas para asistir a los adictos, a quienes dijo hay que ayudar no criminalizar.
El cardenal Jorge Bergoglio también subrayó la preocupación de la Iglesia por esta problemática al advertirle a los jóvenes porteños que “no se dejen despreciar la dignidad por los mercachifles de la ilusión que te drogan la vida”.
“Si hay más disponibilidad -más drogas- es que ha crecido el narcotráfico. Es el resultado de menos control, más sobornos, más amenazas, más traslado de soberanía a bandas mafiosas que se adueñan de barrios enteros”, alertaron en un documento los delegados diocesanos de Pastoral de Adicciones.
“El flagelo del consumo de drogas se va expandiendo como una mancha de aceite que busca cubrirlo todo. Así lo muestran estadísticas propias y ajenas, nacionales y extranjeras. No hace falta ir tanto a los libros o a Internet. Alcanza con mirar nuestros barrios, escuchar a los docentes, a las familias”, precisaron.
El texto “Elegir la vida es mejor, ante el crecimiento del flagelo de la droga” fue difundido en el marco del encuentro nacional que se llevó a cabo en Luján y que culminó con una misa la basílica nacional presidida por el obispo Jorge Lozano, titular de la Comisión Nacional de Lucha contra la Drogadependencia.
Allí, el prelado denunció que “las mafias de la droga operan a ‘cielo abierto’ favoreciendo que los estupefacientes puedan conseguirse cada vez con más facilidad” y exigió a los candidatos que se pronuncien sobre esta problemática.
En tanto, los responsables diocesanos sostuvieron en la declaración que “la mayor tolerancia social se debe, entre otras cosas, a una disminución en la percepción del riesgo que provoca el consumo de sustancias. Esto es el resultado de mensajes poco claros -cuando no mentirosos- que afectan en particular a nuestros adolescentes y jóvenes, pero que inciden en la sociedad en su conjunto”.