Quienes el domingo por la mañana nos avecinamos a la Plaza Colón, nos decíamos que era un tanto heroico estar allí en la fría mañana y soportando el gélido y entusiasta viento que soplaba. No obstante ellos, la comunidad vasca local, quien sabe si no haciendo honor a su carácter férreo y a su tenaz voluntad, se encontraron junto al roble simbólico allí plantado y recordaron al Santo Patrono Iñaki de Loyola en la fecha que correspondía.

Griselda Esconjaureguy y Neska de Elorduy, pertenecientes al Centro Vasco “Aurrera” (Adelante), dijeron las palabras que adornaron el acto en el que los vascos estuvieron acompañados por representantes de las comunidades suiza e irlandesa de nuestra localidad, Julieta Amartino fue la encargada de colocar el clásico ramo de flores junto al monolito y luego, todos los presentes se reunieron a compartir algunas preparaciones de la cocina vasca y argentina en una síntesis de la realidad que ellos, los descendientes del bravo pueblo, les tocó en suerte vivir en nuestro suelo.