El motivo formal fue la puesta en marcha, en el municipio de Tigre, de un servicio telefónico de recepción de denuncias sobre venta de drogas, instrumentado por la propia comuna. Sin embargo, el lanzamiento -de un programa estrictamente comarcal-, alcanzó para reunir otra vez a una docena de intendentes peronistas que viene consolidándose como grupo político y que ayer mostró algunas incorporaciones.

Nuevamente, el anfitrión fue Sergio Massa, a quien los observadores visualizan como el armador de un grupo que muestra, en la superficie, coincidencias en cuestiones troncales de la gestión municipal, y que comparte en ese plano preocupaciones y propuestas.

Pero el grupo apunta a mostrar también un perfil político: intendentes mayoritariamente jóvenes, aunque con la compañía de algunos referentes “que acumulan experiencia”, reunidos por una nítida adscripción al peronismo que, sin embargo -según suelen subrayar ellos mismos- no los inhibe de compartir cuestiones de gobierno con intendentes de otras fuerzas. Un peronismo que, pese a esas “alianzas institucionales”, los diferencia de los grupos ultra K que buscan organizarse en espacios no peronistas y les otorga un matiz de cierta autonomía con relación a la Casa Rosada.

Desde ese “encuadramiento”, por cierto fuertemente inorgánico, estuvieron ayer en el Tigre los intendentes de la Primera Sección Electoral (norte y oeste del Conurbano) que, en torno de Massa -que alienta un no confesado pero inocultable proyecto electoral para los próximos turnos-, hace tiempo que buscan “hacerse fuertes” desde la representación institucional de esa región que ostentan: Sandro Guzmán (Escobar), Luis Acuña (Hurlingham), Luis Andreotti (San Fernando) y Joaquín de la Torre (San Miguel). A ellos se sumó esta vez Gabriel Katopodis (San Martín) y un jefe comunal de un distrito de la Primera algo más alejado, y fuertemente jaqueado por La Cámpora, Carlos Selva (Mercedes).

Pero un dato saliente del encuentro de ayer fue que llegaron hasta Tigre, formalmente para interesarse por un programa municipal de recepción de denuncias sobre drogas, varios intendentes oficialistas del interior bonaerense: Patricio Hogan (General Alvarado), Marcela Passo (General Lavalle), José Eseverri (Olavarría), Gilberto Alegre (General Villegas) y Adrián Sánchez (Exaltación de la Cruz).

RECLAMOS Y GESTIONES

Con las problemáticas de la gestión municipal como consigna principal de su nucleamiento informal, el grupo suele adoptar posiciones duras de reclamo al gobierno provincial en materia de asistencia a políticas y programas institucionales.

En ese marco, no fue casual que el tema formal que los convocó ayer al mediodía en el Delta fuera un servicio vinculado a la Seguridad. Los “fundadores” del grupo -los mencionados intendentes de la Primera Sección- vienen elevando planteos, crecientemente firmes, por los grandes costos que significa para las siempre escasas finanzas de las comunas el aporte de recursos materiales y humanos a la Policía y la instrumentación de servicios complementarios de la Seguridad que es, como se sabe, una atribución del Estado provincial.

Pero además en los últimos días un “factor político” achicó distancias entre este grupo y otros intendentes de la Primera que, con un perfil ultrakirchnerista, hasta ahora se han mantenido alejados: la designación de Martín Sabbatella -dirigente de Morón y “enemigo” del peronismo del Conurbano- en la Afsca, dispuesta por Cristina, ya generó una reunión entre Massa y los jefes comunales electoralmente más acosados por el flamante funcionario, Raúl Othacehé (Merlo) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).