“Mujeres de 50 y 60 + IVA ¡no suelten el timón!”, es la obra de Susana Martín, que atrapa, divierte, anima y hace reflexionar.

El autor de estas líneas podría haber elegido otros títulos de la misma autora: Mi primer amor; Yo quiero ser campeón; Auxilio! ¡Un monstruo!; 100 cuentos de Susana Martín para leer antes de dormir; Perdidos en la selva, etc. pero en realidad, desde el título el desafío era interesante.

Quien escribe este comentario tiene dos dificultades para el abordaje del texto, la primera es no ser asiduo lector de libros de autoayuda y éste se autoproclama como tal, problema que no es del todo insalvable. El segundo inconveniente, el más difícil de subsanar y, a pesar de lo que sucede en la sociedad, decididamente irreversible: es hombre.

El libro, desde el título “Mujeres de 50 y 60 + IVA ¡no suelten el timón!” está dirigido a las congéneres de la autora. A lo largo de las 122 páginas, la baraderense Susana Martín se dirige como una amiga de años a las lectoras del texto e intercambia con ellas cuestiones que atañen a quienes ya creen que su vida ha llegado a un límite que no puede esperar cosas nuevas. Si bien la propia autora asegura que no pretende dar consejos, propone una muy ágil y entretenida forma de reflexionar sobre las cosas de todos los días.

Parte de algunas premisas que ha recogido en su Baradero natal, tanto en su crianza como adquiridas a través de la experiencia. Dice en un párrafo de la página 22: “Un sacerdote de mi pueblo, Eugenio Betoño, decía que había que elegir entre vivir haciendo y mirando hacer, entre morir en la cama y morir luchando” y a renglón seguido, con todo el entusiasmo se contradice y aconseja: “Cómprese un pasaje para vivir mejor. Para vivir ahora, ya, desde este mismo momento. No espere a perder el tren. Le aseguro que ese pasaje es muy barato. Y, lo más importante, hay lugar disponible para usted”.

A lo largo de “Mujeres”, propone una escritura fresca, sencilla pero correcta, extremadamente ágil y cargada de humor, ironía, puntos profundos y sensibles, un camino a la reflexión permanente, un desafío en cada capítulo. Tiene mucho de las maestras antiguas cuando llevaban adelante clases numerosas y querían que sus alumnos piensen en serio, profundamente sobre algún tema.

“Acéptese a veces santa, a veces diablesa. Simplemente una mujer”, les dice a sus lectoras-amigas; “No seamos tan severas con nosotras, pero tampoco tan livianas para evaluarnos. Ni tan buenas como pensamos, ni tan malas como nos juzgan. Usted es… (y no sufra tanto) alta; baja; gorda; rubia; negra; ¡Atención! Podrá mejorar el producto, pero no comprar otro envase. Y asuma que usted no es un codiciado billete de cien dólares, para que todos la quieran. A pesar de eso: Ama-te; Aníma-te; Respéta-te ; Atréve-te”.

Sólo una reflexión luego de haber leído el libro, que está claramente dedicado “a las que luchan, auque a veces tiemblen porque su corazón todavía es joven, a las que aman, a las que se atreven a vivir el presente…”, ¿Susana Martín creyó sinceramente que este libro no puede ser aprovechado también por hombres?

Tal vez fue demasiado modesta.