Pasos pequeños y firmes
que no pisan ninguna flor,
el sol de la mañana
como augurio de todas las luces
de todos los días,
de toda la vida.
el abrazo cotidiano
de quién supo ser
rama que es parte de un nido,
sobre el árbol firme e imbatible.
Las manos de un niño creando,
el amor de nuestras personas faro,
los ojos que nunca mienten,
las sonrisas que derriban muros,
la caricia de una amiga
que sabe ver nuestra alma.
Las miradas cómplices,
las muecas de alegría
de quienes conocemos bien.
Detenerse un instante
a contemplar la luna
o un pajarito bañándose
en el agua que gotea en la canilla.
Abrir el alma, de par en par
y tener la fortuna
de saber que quien entra a ella,
lo hace sin romper nada,
que con cada visita
deja en cada rincón
un ramo de flores
para llenarte de primaveras.
CinWololo
Algo del nuevo libro que ya tiene nombre!
Se llama “Descalza”