El INTA participa de un proyecto de abastecimiento de agua para 13.500 hectáreas cultivables en la localidad santafesina de Avellaneda.
“Donde llega el agua hay riqueza” reza un refrán popular. Los ensayos de riego del INTA Reconquista –Santa Fe– inspiraron un proyecto de riego suplementario para Avellaneda, una localidad con suelos marginales y condiciones climáticas cambiantes. Una obra, que implica 150 kilómetros de canales, abastecerá de agua de buena calidad a 13.500 hectáreas cultivables y beneficiará a más de 200 productores.
Según estudios privados, en el 95% de los años la región presenta algún grado de déficit hídrico. En esta línea, el instituto realizó una serie de ensayos que indican que, mediante la implementación de riego suplementario, los rendimientos de los cultivos tradicionales aumentan entre un 25 y 40%.
Elbio Bianchi, consejero regional del INTA y síndico de la Unión Agrícola Ganadera de Avellaneda, explicó: “Las precipitaciones en la zona no son malas, pero sí dispares. En la mayoría de los ciclos agrícolas se registran períodos de sequía y esto genera que tengamos rendimientos de medio a bajo en los cultivos tradicionales”.
Por su parte, Héctor Braidot, presidente de la Unión Agrícola Ganadera de Avellaneda, explicó: “Se puede usar la mejor tecnología y la mejor genética pero si el agua no acompaña a los cultivos en el momento necesario, no se alcanzarán los rendimientos esperados”.
El proyecto, impulsado por una asociación civil, consiste en la construcción de una red de riego que captará agua del río Paraná, cuyo cauce principal se encuentra a 30 kilómetros de de la localidad santafesina y la distribuirá a la totalidad del área cultivable de la zona.
Arturo Regonat, jefe de la agencia de extensión rural de Reconquista, coincidió con Bianchi en los beneficios que representa la aplicación del riego suplementario en el área agrícola: “Estamos seguros que esta obra permitirá el desarrollo de una agricultura diversificada, el aumento de los rendimientos de los cultivos tradicionales y contribuirá al progreso sostenido de la comunidad”.
“Esta red funcionará por gravedad, mediante canales a cielo abierto y, para salvar los 22 metros de diferencia topográfica, se incorporarán cinco estaciones de bombeo”, detalló Hugo Bernardis, secretario de Producción de Avellaneda.
Se estima que la capacidad de suministro promedia los 700 millones de litros por día que permitirán proveer al suelo de una lámina neta de 150 milímetros por mes de agua de muy alta calidad.
Para el secretario de Producción de Avellaneda, estas condiciones favorables posibilitarán el desarrollo en el ámbito rural y, así, revertir la situación de éxodo de los jóvenes del campo a la ciudad tan preocupante en los últimos años.
Braidot fue más allá y afirmó que “según estimaciones privadas, por cada peso que aporte el Estado para la obra, recuperará 3 veces lo invertido”.
Tranqueras adentro
Los 200 productores agropecuarios de la ciudad santafesina, beneficiarios directos del proyecto, se mostraron expectantes: “No vemos la hora de tener la oportunidad de ocupar agua del Paraná, un río con gran caudal que sobra para regar la zona”, aseguró Adrián.
Albino, un agricultor con 37 campañas algodoneras, aseguró: “Con la red de riego, la explotación agrícola será previsible y mucho más segura”. El productor vaticinó que una vez implementada la red se requerirá capacitación y asesoramiento para el buen uso del recurso natural: “Será sumamente necesario contar con todo el apoyo tecnológico del INTA”.