El Grupo Conservacionista de Fósiles, con autorización de la Municipalidad de San Pedro, recuperó objetos de la vida diaria de los siglos XIX y XX en los sectores en remodelación de la plaza Constitución.
Los elementos fueron hallados y recuperados luego de dos jornadas donde se “rastrilló” la plaza con tres detectores de metales aportados por los Sres. Guillermo Mastroiani y Alejandro Bianchini.
Los relevamientos fueron acompañados por el Secretario de Obras Públicas, Javier Silva, quien facilitó el acceso del equipo del Museo Paleontológico a la zona de obras.
El objetivo, tanto del equipo del museo como del municipio, era tratar de localizar y recuperar para el patrimonio local todo lo que se pudiera detectar en el subsuelo de la plaza, antes de que se volcara el nuevo hormigón de los veredones.
Entre el conjunto de piezas se encontraron clavos de sección cuadrangular hechos a mano, de diferentes tamaños, tachuelas de hierro forjado, vidrios de envases de bebidas de principios de 1900, lozas de vajilla fragmentada, un botón de bronce antiguo, diferentes bulones fragmentados, zunchos de hierro, una barra de plomo del que se desconoce su uso, una varilla metálica de un antiguo paraguas, un cristal de anteojo con su marco de cobre de comienzos del siglo XX y un perdigón de plomo de 9 milímetros de diámetro.
Consultado el Arq. Daniel Schávelzon, opina que “el conjunto es muy interesante, con elementos de diferentes épocas. En lo que respecta a los clavos cuadrangulares y la tachuela forjada son característicos de los años 1800. Uno de los vidrios corresponde a una botella de cerveza de la primera década de 1900.”
Con respecto al vidrio de anteojo recuperado, el Dr. Jorge Marceillac, opina que “es un anteojo de cobre típico de los primeros años de 1900 cuando no se contaba, aún, con máquinas para tallar. Todos los cristales de los anteojos se hacían redondos, porque era la forma más fácil de tallar un cristal. El tallado era a mano, se hacía con lija debido a que lo más fácil era cortarlo redondo y se iba puliendo hasta que quedara perfectamente redondo. Era todo un trabajo muy artesanal y no cualquiera podía comprar un anteojo debido, justamente, al alto costo que tenían”.
En lo que respecta al perdigón de plomo, desde el museo suponen que podría tratarse de un vestigio de la escaramuza que tuvo como escenario el ámbito de la plaza de la iglesia mayor, entre unitarios y federales, en 1840.
Una de las mejores piezas halladas es una medalla de bronce conmemorativa de la inauguración del monumento a Fray Cayetano Rodríguez. El objeto se recuperó en perfecto estado de conservación; en una de sus caras se ve el monumento al fraile franciscano y en la otra se lee “Inaugurado el 21 de enero de 1903 en San Pedro, provincia de Buenos Aires”.