Cuenta la historia que las gallinas fueron vistas por un europeo por primera vez en Persia (hoy Irán) y que el comentario que hizo fue el siguiente: “Extraña especie de ave capaz de poner un huevo cada día”.

Hace muchos años era frecuente encontrarse con gallinas en casi todas partes de nuestra ciudad. Se las criaba en muchas casas de familia por su valioso aporte a la economía familiar, muy distinta a la de hoy, dominada por los alimentos industrializados. Los gallineros (y las molestias que traían aparejadas) han desaparecido prácticamente de Baradero, no obstante todavía pueden verse algunas gallinas como estas que encontramos en calle Del Corro días atrás, disfrutando del sol de la tarde.