26 de julio de 2011

Un perro!!! ¿Para qué?

Si hablamos de tener un animal de compañía o una mascota, hay una primera cuestión que es: ¿Por qué tenerlo? Estamos hablando de seres vivos, da igual su especie y su tamaño, y no se puede alegremente probar para ver si es divertido, o difícil, o fácil, o si supero con mi perro al que tiene mi vecino. Partimos de que lo primero es obrar con sensatez y sobre todo poner la cabeza por delante del corazón  o del capricho.

1- ¿Por qué querés un animal de compañía?

Parece mentira que tan poca gente se haga esta pregunta “antes de”. No hay error más grande que adoptar una animal sólo “porque lo piden los chicos” u otros motivos igual de irresponsables. Hay que tener en cuenta lo complicado: el gasto que supone en dinero y tiempo, las preocupaciones, el atenderlo debidamente en todos los aspectos (físicos y psicológicos), y el hecho de que viven entre 10 y 20 años.

2- ¿Tenés tiempo para él?

Los animales de compañía, aunque parezca demás decirlo, son para acompañarnos y para estar acompañados. De ahí el nombre: de compañía (pero mutua). Por tanto, estar cansado, enojado, etc. no sirve como excusa. Hay que atenderlos, ponerles la comida y el agua, sacarlos a pasear si son perros, llevarlos a hacer ejercicio, pasar un rato con ellos, y eso cada día, durante todos “sus” días.  La frase “no podemos atenderlo debidamente” es tan habitual como lamentable, y es la frase típica del 70% de los intentos de abandono.

3-  ¿Podés mantenerlo?
No te pienses que el animal se sustenta del aire, y que sencillamente “está” ahí. Mantener un animal de compañía cuesta dinero, no tanto para tener que pedir un crédito bancario, pero sí lo suficiente para que se incluya en la partida de gastos fijos de la casa:

  • Gastos seguros: alimentación, vacunas, correas y collares, esterilización si no querés hacerlo gratuitamente, elementos de higiene, pipetas y antiparasitarios.
  • Gastos posibles: adiestramiento, atención veterinaria por accidente o enfermedad, pensionado por ausencia o vacaciones

4- ¿Tenés tiempo para dedicarle?
Aquello tan triste que dicen  de “perro chico porque tengo lugar chico” vale más que lo pongas en el baúl del olvido. El tamaño del animal no es un buen criterio para elegirlo, sólo una variante a considerar pero no en relación al tamaño de la vivienda. Podés pensar en un perro muy pequeño o en un gato si viajas mucho y querés asegurarte de que pueda ir en cualquier medio de transporte, pero no “porque vivo en un monoambiente”.
Además hay otra cosa: en general, el perro cuanto más pequeño más inquieto (y ladrador cuando se agobia), y cuanto más grande más tranquilo y más calladito. Al perro pequeño tendrás que sacarlo a pasear muchas más veces para que se “descongestione”. Si va a estar con vos gran parte del día, adopta el que quieras, pero si debe pasar tiempo en casa, no mires el peso, mira el carácter o informate si vas a adoptarlo del refugio que carácter describe a diario. Vos y el perro deben adaptarse el uno al otro y lo mejor es empezar con la mejor información y predisposición posible, que los problemas ya llegarán solos.
5- ¿Es ahora un buen momento?
No siempre es un buen momento para asumir la responsabilidad del animal en casa. Y no sólo por motivos económicos, así que pensalo muy fríamente, porque hay algunas circunstancias aconsejan esperar un poco:

  • Niños menores de seis años, no capaces todavía de la responsabilidad y conciencia de que un animal no es un juguete.
  • Estás estudiando y vas cambiando de lugares
  • Estás en un trabajo que supone traslados.
  • Por tu trabajo pasás muchas horas fuera de tu casa.
  • Anímicamente no estás en tu mejor momento.
  • En casa no hay acuerdo general, o el ambiente familiar no es del todo relajado porque hay problemas en la convivencia.

6- ¿Ya pensaste en las vacaciones?

Si no podés llevártelo cuando te vas de vacaciones o de fin de semana, pensá que si es un perro no podés dejarlo sólo en casa (el gato es más “factible”). Tenés que contar con familiares o amigos que tendrán que hacerse cargo de él, o bien tendrás que pagar una guardería.

La tenencia responsable también implica el inicio responsable de la convivencia, no lo olvides.

ACTITUD ANIMAL BARADERO

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silvia

Silvia Barroso, Actitud Animal