1 de junio de 2012

Un termómetro en educación: Cada vez hay más gabinetes psicopedagógicos en escuelas.

Ahora se los conoce como equipos de orientación escolar y el crecimiento responde a una sociedad más “agresiva y compleja”

Violencia en las aulas, problemas de aprendizaje, familias ausentes. Cada vez que hay una manifestación de alguna de estas graves problemáticas que atraviesan al sistema educativo, quienes están en la primera línea de fuego son los miembros quizás menos conocidos de las comunidades escolares, los anónimos y casi “invisibles” integrantes de los equipos de orientación escolar (EOE), antiguamente conocidos como gabinetes psicopedagógicos. Entre pedidos a gritos de que cada colegio cuente con uno, por un lado, y la versión oficial de que vienen creciendo en toda la Provincia, por el otro, hoy se erigen en una instancia clave en una escuela que se convirtió en espejo de una sociedad agresiva y profundamente compleja.

“Ellas trabajan con los chicos, con los docentes, con los padres, con los especialistas, con las maestras integradoras de alumnos con capacidades diferentes, articulan el paso desde el jardín y hacia la secundaria”, enumera la vicedirectora de la Primaria N° 5, Leandra Rey y Martínez, mientras mira a las dos integrantes del equipo del turno tarde, pese a que, por normativa, los EOE deberían contar con 5 miembros.

Con la agresión física y verbal como principal forma de relacionarse entre los alumnos, entre los alumnos y sus maestras y entre los padres y las docentes como la problemática central que deben afrontar en el día a día, según define la orientadora educacional de la Escuela 5, María Inés Del Curto, los EOE hoy se encuentran ante un sinfín de necesidades a las que deben dar respuesta con escasos recursos, remarca Rey y Martínez.

Pero antes de ingresar en la reflexión sobre las causas y consecuencias de esas problemáticas, vale aclarar qué diferencia existe entre los equipos de orientación y los antiguos gabinetes psicopedagógicos.

UNA TAREA TITANICA

“Se ampliaron sus tareas. Trabajan sobre problemas de aprendizaje, pero también muy fuertemente sobre la convivencia escolar y la vulneración de los derechos del niño. Es por ello que tienen otra perspectiva (que la del gabinete). Se centran en orientar y sugerir en un marco institucional, por lo cual establecen una constante y profunda relación con los maestros, con la realidad del aula”, define la subsecretaria de Educación bonaerense, Claudia Bracchi, quien asegura que los EOE “vienen creciendo en forma sostenida, y hoy también en la secundaria en el marco de su carácter obligatorio”, realza para apuntar que en la Provincia funcionan 5.050 equipos de orientación escolar.

El director del Normal 2, Emilio González, explica que “antes se derivaba a quienes tenían dificultades de adaptación o de aprendizaje en el aula, eran una suerte de ‘consultorio’, pero actualmente los equipos tienden a evaluar cuáles son las condiciones institucionales y de contexto que pueden incidir en la relación vincular del alumno con el docente, con el estudio y con la forma en la cual se presentan los contenidos. Deberían, incluso, intervenir en la elaboración del proyecto institucional de cada escuela. Dicho de otra manera, su función no pasa sólo por ver porqué el alumno no aprende, sino por buscar todas las variables que inciden en esa falta de aprendizaje”, apunta.

“EN LA ESCUELA SE SIENTE NIÑO”

La convivencia entre pares y la prevención del fracaso escolar están a la cabeza de las problemáticas que enfrentan en la escuela de 1 y 38. “Pero el panorama es igual en casi todas”, dice la orientadora social Gelly Genoud, a quien le toca -entre otros- el rol de comunicarse con padres que no la “reciben bien”, minimiza. “Hoy nos encontramos en los colegios con un alto porcentaje de población vulnerable, con papás ausentes que, como no tuvieron límites, no se los transmiten a sus hijos. Son los que se formaron en la escuela de los ’90, que hizo verdaderos estragos”, dicen en el EOE.

“El chico, entonces, se relaciona mediante la agresión, con sus pares o con la maestra, porque no trae límites desde la casa. Y aquí se lo contiene, pero 4 horas al día no alcanza”, subraya Del Curto para destacar que “sin embargo, el niño quiere estar en la escuela, porque siente que es el único lugar, en medio de una sociedad atravesada por la violencia, donde se lo trata como niño”.

Bracchi hace notar que los problemas de convivencia que antes se expresaban en los acuerdos institucionales de la secundaria hoy atraviesan todo el sistema, y los EOE “son los que ponen la palabra allí donde los conflictos se resuelven por otros medios. Es que la escuela expresa situaciones que están fuera de ella”, remarca. Por caso, la dirección de Psicología de la cartera educativa -de la que dependen los equipos- se subdividió en dos subdirecciones, la pedagógica-didáctica y la de convivencia.

“No todos los colegios cuentan con EOE, cuando, en rigor, es fundamental incorporarlos definitivamente a la cultura escolar”, remata González.