La sanción que le aplicarían sería que los tres primeros encuentros los juegue sin público. Y no podrá ser local en su estadio los primeros seis partidos de la B Nacional.
Fue un golpe durísimo el descenso de River. Lo mostraron los canales de televisión en todas sus versiones, lo contaron las radios, lo retrataron los medios gráficos. Por primera vez en 110 años de vida, el más campeón del fútbol argentino cayó a la B Nacional. Y ese dolor, esa suerte de trauma, dejó consecuencias que ya se comienzan a observar en distintos ámbitos: el deportivo, el institucional, el económico, el anímico …
Más allá de que ayer -en la sede de Viamonte 1366- trascendió que a River le iban a quitar entre tres y seis puntos a consecuencia de los incidentes sucedidos durante la Promoción frente a Belgrano, Clarín pudo averiguar -de fuentes cercanas a Julio Grondona- que el club de Núñez no será sancionado de ese modo. Sin embargo, habrá otro tipo de castigo deportivo: todo indica que la Unidad de Coordinación de Seguridad y Prevención de la Violencia en Espectáculos Futbolísticos (el organismo a cargo de Juan Carlos Blanco) le impedirá jugar como local a River en su estadio durante los primeros seis partidos de local en la B Nacional. No sólo eso: también trascendió que existe la posibilidad de que deba jugar sin público en los primeros tres encuentros. El domingo, el Monumental había sido clausurado por el fiscal Gustavo Galante.
Esta tarde, además, en la primera reunión de la Mesa Directiva de la B Nacional desde el descenso de River, se determinará el calendario. El torneo empezará el 6 o el 20 de agosto y el recorrido de 2011 finalizará con la fecha 18, el 10 de diciembre. De todos modos, River -como Huracán, Quilmes y el perdedor de la Promoción entre San Martín y Gimnasia La Plata- empezarán más tarde su campaña.
Más allá de lo estrictamente deportivo, ayer a la tarde, el presidente de River, Daniel Passarella, les comunicó a sus dirigentes más cercanos (los vices Diego Turnes y Omar Solassi y el secretario Daniel Bravo) su voluntad de que el club ingrese en convocatoria de acreedores. De este modo, ganaría tiempo, que pueden ser varios años: no tendría que cancelar deudas anteriores hasta tanto resulten verificadas. Esta decisión es además un mensaje para la oposición: Passarella no se irá de River antes de que su mandato finalice. Ya lo había anticipado: “Me van a tener que sacar con los pies para adelante”. Ayer, el ex marcador central y ex entrenador del club recibió amenazas. No sólo eso: algunos hinchas planean hacer un escrache en su casa de San Isidro.
En cuanto a lo económico, River recibió ayer una buena noticia. Adidas -la empresa de indumentaria que viste a la institución- anunció a través de un comunicado que continuará ligado al club “en su regreso a Primera” tal como señala el contrato. Adidas tiene un vínculo de 20 millones de dólares por seis años que vence en 2014.
Otros auspiciantes aún no se manifestaron. Sin embargo, hay contratos vigentes como con Petrobras (2,5 millones de dólares por año, hasta julio de 2012) y como Tramontina (600.000 dólares por año, hasta enero de 2012).
En eso anda River, ahora, en este escenario que jamás imaginó. Pero que ya empezó a transitar. Y a vivir sus consecuencias.
Fuente: clarin.com