La columna de vecinos, amigos y familiares de la víctima alcanzó los 600 metros. El lema fue: “Apagaron una vida, iluminemos a la justicia”. El joven, de 23 años, murió el domingo a la salida de una disco. Hay un muchacho prófugo.
Bajo el lema “Apagaron una vida, iluminemos a la justicia”, el pueblo de Miramar marchó con velas y en silencio. Lo hizo sobre la Avenida 23, en sentido hacia el mar, para reclamar por el esclarecimiento del crimen de Emiliano Isaía, el joven que fue apuñalado en la madrugada del domingo a la salida de un boliche.
La concentración, que alcanzó los 600 metros de largo, fue organizada desde las redes sociales, fundamentalmente a través de Facebook, por vecinos de la ciudad ansiosos de condenar la violencia absurda y la muerte temprana.
“Miramar exige justicia, y que esto se conozca. Esperamos contar con su colaboración. La familia, amigos y sociedad en general estamos destrozados”, decía el comunicado que se entregó a todos los presentes, con una aclaración final:
“El asesino es hijo de uno de los policías procesados por violar y asesinar a Natalia Melmann.”
El texto apunta a Emiliano Echenique, prófugo de la justicia desde el lunes a la mañana cuando se convirtió en el principal sospechoso del homicidio de Isaía. El joven apodado “El Cano” –su familia dice que tiene 21 años pero el fiscal del caso cree que tendría 25– es hijo del ex suboficial Oscar Alberto Echenique, que junto con otros tres policías bonaerenses fueron condenados en octubre de 2002 a reclusión perpetua por ser los responsables de raptar, torturar y asesinar a la adolescente de 15 años, en febrero de 2001.
“El fantasma de Natalia sigue estando presente en Miramar”, se escuchó decir a un veterano periodista de la ciudad y los hechos lo avalaron. Escondido entre los manifestantes, estaba Laura Calancupa, madre de Melmann y pionera en salir a la calle para pedir justicia. A su lado, Marcelo y Patricia, los padres de Emiliano, desfilaron abrazados al luto. Sus otros dos hijos, los que aún les quedan, encabezaron una segunda vanguardia conformada, en su mayoría, por jóvenes que pese a no superar los 30 se convirtieron en los motores del acto.
Ya frente al mar, la marcha se detuvo para leer parte del petitorio que confeccionaron los vecinos y que ya elevaron a las autoridades.
“Exigimos presencia y accionar policial permanente en la Costanera y en las calles de acceso a los boliches”, leyeron en voz alta, entre aplausos sentidos.
La justificación era clara. El crimen de Emiliano, de 23 años, se produjo cerca de las 5 de la mañana del domingo cuando salió de la disco El Paso, ubicada en Costanera, entre 35 y 37. Antes hubo una pelea que duró varios minutos y desencadenó el drama y que sólo pudo suceder por la ausencia de fuerzas de seguridad en el lugar.
Fuente: Tiempo Argentino